Mayorías y minorías

Madrid

Con la afición que tenemos a flagelarnos, raro es el día que no disponemos de buen material para hacerlo. Hoy lo más relevante quizás sea que España no consigue mejorar posiciones en el ránking de transparencia internacional que mide los niveles de corrupción; seguimos señalados por esta lacra, en Europa sólo tenemos por detrás a países como Italia o Malta; y seguro que hay motivos para ello. Pero lo más llamativo lo he leído hoy en “El Español”: el abogado de la SGAE, el encargado de proteger los derechos de los autores, el experto en propiedad intelectual, plagió –según parece- más de la mitad de su última novela. ¡Más de la mitad! ¡De 160 páginas…99!

No me negarán que el titular es chulo, y que da la razón –entre una cosa y otra- a quienes creen que esta es una tierra de pícaros y aprovechados. Yo creo que ocurre un poco lo mismo en todas partes, pero, bueno, da igual. Lo que me gustaría es recordar que aquí también pasan otras cosas, que podemos contar otras historias. Y resulta que hoy nos hemos topado con dos, que tienen que ver con la educación, y con algo aún más importante: las ganas de aprender, sí, de mejorar por un lado, pero también la capacidad de asumir las críticas por otro, y sacarles provecho.

Esta tarde hablaremos con dos profesores, uno de primaria, el otro de universidad, a los que un día alguien les dijo: “Vas mal, tus clases no funcionan, no enseñas bien”. ¿Cuál fue su reacción? Pues podían haberle dicho al interlocutor: “Métete en tus cosas”, o “¿Qué te has creído?” O mejor aún: no decirle nada y pensar: “Tú eres gilipollas”. Pues no, no hicieron nada de eso.

Al que le decían que sus clases eran aburridas acabó ganando el premio nacional de educación y es un referente en innovación pedagógica. Al que le dieron un toque porque elevaba demasiado el nivel, decidió dar algunas clases en un pub, promover una obra de teatro entre los alumnos…y acaba de obtener el premio educa al mejor docente universitario. ¿Que hay pícaros en España, caraduras, corruptos y aprovechados? Pues sí, unos cuantos. Pero también hay un montón de gente válida, honrada, currante, apasionada….y son mayoría, sin duda. Pero hacen menos ruido. Por eso hay que estar atento y cuando te enteras de algo, contarlo.