Fuego y chinchetas
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'¿HAY ALGUIEN EN CASA?'

Mucho da un golpe sobre la mesa del 'indie': "Nadie en España ha hecho un disco como lo hemos hecho nosotros"

Martí Perarnau, líder de Mucho, publica '¿Hay alguien en casa?' y, como también -y tan bien- hace en la música, abre su corazón en Fuego y Chinchetas

Portada del disco de Mucho '¿Hay alguien en casa?'. Fotografía de Pau Roca. / Mucho

Madrid

Quizás es muy osado aventurarse a decir que '¿Hay alguien en casa?' (Mucho, 2019) es el mejor disco de 2019 ya que tan solo estamos en Febrero, pero Mucho -o lo que es lo mismo, Martí Perarnau IV- ha publicado una joya que pone el listón a una altura muy difícil de superar. Un LP que debe escucharse de principio a fin, una crítica social, política y emocional que se convierte una rave conceptual pinchada como si de un deejay se tratase.

Mucho ha sufrido cambios. Hace tres años de su último disco, 'Pidiendo en las puertas del infierno' (Marxophone / Gran Sol, 2016) y desde entonces, Martí Perarnau ha trabajado en solitario en este nuevo trabajo, ya sin Víctor Cabezuelo (líder de Rufus T. Firefly) y el sector toledano formado Miguel y Carlos, que hasta entonces habían ido de la mano formando la banda. El colectivo de 'la patata', 'Kartoffel Kollektiv', ha crecido y son quienes han cogido las nuevas riendas de un disco que ha impresionado por sus letras punzantes con una mezcla entre la crítica y la reivindicación -y que subraya que se lo dice a sí mismo- junto a un sonido singular, electrónico y deslumbrante.

En esta entrevista para Fuego y Chinchetas, Martí repasa su día a día que le ha permitido crear unas letras tan mordaces, cómo ha encontrado un sonido que le ha hecho dar un paso al frente y seguir evolucionando y además, no se corta a la hora de hablar de todo lo que rodea a la sociedad y la política española. Ah, y hablamos sobre su 'beef' con un conocido grupo nacional.

¿Por qué esta "fuga de cerebros" en Mucho? De tres años a aquí, eres el único que sigue al pie del cañón

Digamos que el grupo no da dinero, no ayuda mucho a tener energías para seguir. Víctor sí que seguirá involucrado cuando él pueda o si nuestras cuentas están medio saneadas. Tampoco quiero hacer perder dinero a la gente… A lo mejor se incorpora a algunos conciertos. Yo quiero que los conciertos sean muy mutables. Él tiene ganas de seguir. En el caso de Miguel, dos semanas antes de ir a grabar el disco me mandó un mail diciendo que “ya no me veo con fuerzas”. Entonces si no sigue Miguel no tenía mucho sentido que siguiera Carlos que son el sector toledano. Como no vivimos de nuestra música pues nos facilita mucho las cosas. Básicamente. Es un puto drama.

La gente os ve como un grupo de música que triunfa sobre el escenario y no se hace a la idea de que no vivís de la música

Sí supongo que no se lo imaginan porque a mí siempre me dicen… “bueno ahora lo estás petando, debes estar ganando mucho dinero”. No creo que sea así. Es muy fácil poner un baremo, pero no, no se suele ganar dinero de esto a menos que metas ¿600 personas en todos los conciertos? Entonces, como sólo vendemos una imagen falsa de éxito como en el Instagram… agradecer al público todo el rato con el “muchas gracias, hemos llenado la sala, no sé qué”, parece que todos los grupos en España lo petan pero la realidad es como la riqueza en el mundo que toda está aglutinada en el 7% de la población y el resto somos pobres. Hay unos muy ricos y el resto estamos en la mierda. Con la música es lo mismo.

Martí Perarnau, con el título de una de las canciones del disco

Martí Perarnau, con el título de una de las canciones del disco / La trinchera

Yo vivo de la música en general porque toco con mucha gente y produzco discos y diversifico mucho y tengo la suerte de que encima toco con gente que me gusta, pero vamos que de Mucho no vivo. En cierta manera esta hasta no me parece mal o ya lo ha aceptado y entonces ya es como mi nicho de libertad total y como no vivo de ello también me da igual todo. Puedo hacer lo que sea sin tener que esperar nada de nadie y sin tener que hacer cumplidos con nadie ni con ni los grandes sellos ni con grandes empresas, ni con nada. Si alguien me propone algo que no me gusta pues no lo hago.

Libertad total es la que has tenido ahora con '¿Hay alguien en casa?'

En cierta manera ha sido como quitarme un peso de encima y estar en la auténtica gloria. Ha sido muy sufrido porque lo que estaba buscando era esto (refiriéndose al disco) pues se me ha complicado todo el proceso de encontrarlo y aprender las técnicas musicales y de todo. Pero ha sido liberador poder hacer mi música sin tener que preguntar a nadie o sin tener que preocuparme de cómo iban a entender las canciones y si les iba a gustar las canciones a mis compañeros o no.

Ese primer filtro ya no lo tenías, ¿no?

Claro. Víctor siempre ha estado a tope porque digamos que entendemos la música de formas similares y él también es de mente abierta como yo, pero es verdad que en el disco anterior a los toledanos les costó entenderlo hasta que no estuvo masterizado y hasta que no lo escucharon así no les gustó. Sin embargo pensaban que habíamos hecho un disco hortera porque usábamos sintetizadores. Entonces digamos que tampoco yo me veía con muchas ganas de tener que explicarle las cosas a mis compañeros. Miguel siempre me dice que “vas a muerte, siempre innovas y yo me quedo un poco atrás porque no lo entiendo…”, pero bueno mi manera de ver la música es esa. Todo va hacia delante, a muerte y no hay ningún motivo por el que quedarse estancado en ningún sitio. Menudo puto rollo. Digamos que hay que ir a delante porque a veces te frenan porque la gente o no tiene ganas de entenderlo o no tienen ganas hacer el esfuerzo. Eso supone replantearte todo lo que hasta ahora saben y aprender a tocar casi de nuevo… Supongo que hay gente a la que le gusta estar en su sitio y seguir controlando lo que hace.

Hasta tú mismo te lo dices en este disco... Tienes una canción que es 'Sé que soy una anomalía'. ¿Te consideras eso?

A mí me da la sensación de que sí pero no por falta de empatía con la gente, que a mí me encantaría no ser el único. En realidad no soy el único, eh. Tengo muchos amigos que ven la música como yo pero lo que pasa es que ahora hago música con ellos. Digamos que Víctor Cabezuelo por ejemplo se puede mover en ese grupo de ‘freaks’ y luego, para mí, Emilio Saiz que también ve la música como yo, incluso todavía mucho más radical en el enfoque. En este disco ha hecho canciones y ya forma parte del equipo de 'la patata'.

¿En qué consiste el equipo de 'la patata'? 

Lo he llamado el ‘Kartoffel Kollektiv’ al sello porque lo veo como que somos un colectivo de 'la patata' porque nos guía mucho más la emoción que la parte racional. Incluso yo lo veo como los que son de Descartes o los que son de Hume. Las dos vertientes, los que son del cerebro y de afrontar la música desde el pensamiento y los que afrontamos la música a corazón abierto. No queremos pensar mucho y queremos más estar en la emoción pura y el sentimiento. Estamos en esa filosofía los que hemos grabado el disco.

Nada más que abres el disco, una de las cosas que más llama la atención es que está hecho para escucharlo de principio a fin. Incluso en Spotify hay una pista que es todo el disco de seguido para escucharlo realmente como quieres. Esto no es nada común en España

No lo he visto en muchos discos. Quería hacerlo como si estuviera pinchando un disco y que todas las canciones están unidas entre sí. Es como cuando un DJ sube una sesión. Es la manera de escucharla porque las transiciones entre canciones son igual de importantes que la canción, a veces pasa auténtica magia si lo haces bien. Como me he vuelto loco con todo esto de la electrónica, de los DJs, me parecía que era la manera en la que tenía que hacer el disco. De hecho, grabamos las canciones por separado y tenían una duración concreta, pero por ejemplo, entre la de ‘Soy un aeropuerto’ y la siguiente cambia la duración. '¿Hay alguien en casa, Mcfly?' ya entra a mitad de 'Soy un aeropuerto' aunque apenas se escucha. Hay una intro muy larga que apenas se aprecia hasta que ya entra la siguiente canción que va mucho más corta de lo que es en realidad. La idea es que se estuviera mezclando.

El disco arranca con 1985 que es tu año de nacimiento y es una sola frase: "Si tratar de entender no fuera tan divertido, no tendría que saber nada".

Yo odiaba esa frase porque para mí no decía nada, pero luego cuando estamos grabando el disco… Santos Berrocal, el productor, me decía "bueno no la cambies porque es ideal, habla de tu manera de hacer la música". En el fondo es eso, que si ya lo supiera todo pues no haría nada en realidad. Lo guay es todo lo que no sé y lo que me falta por saber. Si me quedo con lo que ya sé pues no haría nuevas canciones. Creo que dice eso, no lo tengo muy claro (risas). 

Pau Roca puso la fotografía de todo el disco e invito a que todo el mundo vea el hilo que pusisteis en Twitter. En él hay un término que me ha encantado y es que dice que '¿Hay alguien en casa?' es un disco de resaca, resaca emocional, social, política... Como antes has dicho que todo lo que escribes sale del corazón, ¿cómo mezclas tus emociones con la crítica social y política que aparece en este LP?

No lo sé muy bien, todo va un poco de la mano para mí. Lo de la crítica social, no sé si se nota, pero no lo hago como explicándole a nadie lo que tiene que hacer, es más como una cosa que me digo a mí mismo. Entonces digamos que va todo un poco de la mano como que la parte emocional está afectada todo el rato por lo que pasa. Todas las mañanas me tomo un café viendo Espejo Público y me paso todo el día enfadado. Todo va de la mano, no sé diferenciarlo. Es verdad que como todo lo que pasa en el mundo cada vez parece una broma más grande pues al final es horrible y no puedes escapar de eso. Se me hace muy complicado discernir lo de fuera con lo mío porque me parece que todo es lo mismo.

Por ejemplo, en 'Ahí te quedas, Perarnau' dices esta frase... "hay mucha gente perdida en el medio del mar, pero yo voy a lo mío". Refleja esa desconexión que tenemos con todo lo que sucede.

Sí básicamente es eso. Esa me la decía a mí mismo porque yo también estoy en el sofá y veo las noticias y veo como dejamos morir a la gente en Mediterráneo todo el rato y no pasa nada. En cambio podemos estar hablando de noticias absurdas y dándole veinte minutos a alguien. Digamos que hay una desconexión total con la parte humana que yo creo que ya es una consecuencia del ultracapitalismo este en el que vivimos que ya no podemos escapar. Estamos súper conectados mirando el teléfono y con Twitter, nos creemos súper informados pero en el fondo ni siquiera miramos a la gente, ni nos saludamos. Hasta se ha desvirtuado la palabra amigo porque yo la gente que tengo en el Facebook seguramente no las conozco y si me las cruzara por la calle no sabría ni quién son. Que usen la palabra amigo para eso ya dice mucho. Es un drama también.

Todo es consecuencia del sistema ultracapitalista que es que solo importa trabajar y tener éxito económico y no queda otra. Digamos que hasta nuestros ratos de ocio es para evadirnos de la miseria del día a día. La cosa española de quedar a tomar cañas en el fondo quedamos a emborracharnos porque tenemos que evadirnos del puto drama de vida que tenemos. Es un cristo. Pero bueno que yo me lo decía a mí mismo porque a mí también me pasa que estoy en el sofá mirando Twitter y me pasa exactamente lo mismo que a todo el mundo. No es que sea especial.

Es cierto que somos un poco así, pero de repente sale una noticia como la de Julen y todo el mundo se vuelca...

Es puro morbo porque luego no se dice nada de los que mueren todos los días en el Mediterráneo. La cifra la vi hace poco y es dramática. Leía un artículo no sé si del New Yorker o The Guardian que decían que ni siquiera podemos medir cuánta gente muere Mediterráneo porque no lo sabemos, lo que sí sabemos son las embarcaciones que llegan o las que sabemos que hemos visto que se han hundido. Y cuantos hemos rescatado de esa y cuantos no hemos rescatado. Las cifras, lo poco que saben, ya son dramática. Es horrible. No sé si es más que la gente que murió en el Holocausto pero es una locura y no pasa nada, y aún así hay documentales del Holocausto todos los días. Pero bueno, no tengo la solución ni tampoco quiero dar la solución en las canciones, me lo digo más a mí mismo como una manera de intentar vivir con ello, con la culpa.

Una canción que también critica todo eso es 'Putochinomaricón'. Ha impactado mucho desde que salió como un adelanto del disco. Apunta a todos los lados, no se salva nadie de esta letra. Te imagino, sentándote frente a un folio en blanco y que todo salió de una sentada

Sale del tirón. De la vida. Me compré una máquina de escribir analógica porque me apetecía y como que engancha. El ruido… le das tan fuerte a las teclas... que te parece que tienes más poder con lo que estás diciendo y me ponía a escribir. Nunca hago las letras como escuchando la música, para mí van de lado. Escribo letras por escribir y eso luego se convierte en una canción. Me puse a escribir y en la máquina de escribir la letra es muy pequeña y caben muchas palabras por línea. No sé cuántas páginas saldrían pero eran como tres páginas de texto. Empecé y todo salía solo. Después, una vez tenía la parte musical que me gustaba me puse a cantar encima y digamos a elegir las partes que sí y que no. En el original habría incluso alguna letra más problemática que me podría llevar a la cárcel. Entonces hasta quizá me he autocensurado que es lo peor.

De hecho en la canción hablas un poco de la libertad...

Sí, cuando la hice estaba todo el drama de Valtònyc que ha quedado ahí porque se ha ido del país. Tampoco es que me gustan las letras de Valtònyc, me parecen bastante malas, pero la cuestión es tener libertad expresión básicamente y si no te gusta lo que dicen pues te las comes, es como los que denuncian a gente por los chistes que hacen. Pues mira, no has entendido nada.

Es escritura automática lo de estas letras las que son así como de tocho, bueno en realidad todas. No las pienso mucho cuando escribo, como no está la música delante también es como si fuese mi libro porque escribes y es como si escribieras un cuento. Luego ya haces la música. En mi cabeza creo que en este disco las letras riman mucho entre ellas, creo que hay mucha rima consonante y me da la sensación que cuando las escribo es como si estuviera rapeando sobre la nada, como si estuviera hablando como en ‘El perro del hortelano’ que hablan como rimando todo el rato.

¿En 'Putochinomaricón' rapeas?

Sí, es mi manera de rapear, que no sé rapear, pero me encantaría. Mi sueño sería ser Kendrick Lamar pero como no tengo el talento y no sé hacerlo (risas). Mi manera de rapear es esa, es muy poco rapeable.

Y todo esto que te dices es un poco para espabilar, ¿no? Incluso el título del disco '¿Hay alguien en casa?' -que viene de 'Regreso al futuro'- es un poco como esos golpecitos en la cabeza que le daban a Mcfly. Pero no solo te lo dices a ti, también a la gente... 

Es un juego que tiene una doble lectura. Me gusta decírmelo a mí mismo pero que en el fondo es decírselo a todo el mundo. Con la música pasa eso, al final cuando alguien escucha el disco se lo toma como algo personal que eso es muy guay. Es un proceso que vas aprendiendo a la hora de hacer canciones. Como tampoco había hecho antes canciones tan personales nunca me había pasado pero sí que me he ido fijando de tanto escuchar música en mi vida que al final cuando escucho discos de otros también los hago míos y pienso “wow esto que está diciendo es para mí”. Cuando escucho a Calamaro todo el rato pienso que soy yo pero supongo que esto le pasa a todo el mundo (risas). Desde que soy joven también, cuando escuchaba Oasis, te lo tomas como personal. Me hacía ilusión pensar que cuento toda mi mandanga para mí pero en el fondo seguro que lo mismo que me pasa a mí le pasará a mucha gente, al final yo soy un chico de 30 años quemado con el país como supongo que están todos los chicos de 30 años y la gente de este país. Debe ser fácil esa conexión generacional.

A mí me pasa con 'Fue', del disco anterior ('Pidiendo en las puertas del infierno')

‘Fue’ también tiene ese parecido en la letra así como que también es un poco de quejica. Encontré mi estilo de quejarme de todo (risas).

Martí Perarnau

Martí Perarnau / Mucho

¿Te pasa eso que comentabas con 'Putochinomaricón con el resto de letras?

De una sentada escribes todo. A mí me suena que 'Putochinomaricón' la hice por la mañana. Lo bueno es que he guardado todos los originales y el otro día lo leí y me hacía mucha gracia. Pensé en colgarlo para que se viera. Hay muchas partes de la canción que son tal cual y luego hay una parte que no me gustaba, la taché y seguí. A lo mejor luego cuando lo cantas sí que cambias alguna palabra porque no te encaja y tal, pero la mayoría las letras son de una sentada. No es que esté con el piano cantando la letra sino que siempre hay ese proceso... están por separado y luego se juntan.

Cuando hice la canción de Zahara ('Hoy la bestia cena en casa') le mandé la maqueta, entonces ella me decía “las he pasado canutas para intentar imitar tu fraseo porque no puedo entender dónde van las cosas en la métrica porque no están en el sitio donde deberían estar”. Yo creo que es por eso. Como escribo la letra y luego lo canto encima de otra música, hay un poco de desconexión con la letra y parece que voy un poco por libre cuando canto. No importa mucho dónde estén los acordes puestos y por eso quizás es menos pop y parece más una chapa rapera. No hay tanta conexión de la lírica con la música hasta que se juntan y por eso la métrica es medio libre.

Esta canción con Zahara que comentas también ha sido un 'boom'. ¿Se puede considerar hermana de alguna de las canciones de tu disco? 

Sí, en este caso sí que ella me mandó una letra mucho más extensa de la que había. En este caso la letra sí que es suya. Ella tenía ganas de meter caña. Yo la veo que se parece un poco más a ‘Ahí te quedas, Perarnau’. Yo sólo sé hacer canciones así y siempre me entran muchas ganas de escapar de mí mismo. Tengo la sensación de que siempre hago la misma puta canción. Tengo que buscar muchos recovecos para intentar escapar de mí mismo y al final nunca lo logro del todo. Me da miedo que se me acaben los recovecos dentro de poco porque ya no sé dónde esconderme.

Una de mis canciones favoritas de Mucho es 'Las plantas' (del disco 'El Apocalipsis según Mucho' de 2013) y temas como 'Soy un aeropuerto' y 'Las ventanas se encienden' me recuerdan un poco a ella. Son un poco derrotistas, ¿no? 

Son así como bonitas. Baladitas (risas). ‘Las ventanas se encienden’ es la que que yo pensaba que iba a gustar más. Tiene la cosa especial de que la grabamos en directo todos. Yo oigo que me equivoco con el teclado pero nos quedó tan como de 'la patata' esa toma que se tenía que quedar tal cual y no arreglamos nada. El disco es tan electrónico que me hacía ilusión que hubiera una en la que sólo se nos oía a los cuatro tocando a la vez en el estudio. No la quería sacar de adelanto pero todo el mundo decía que era el single pero era tan larga… Tiene esa cosa setentera de Fleetwood Mac que emociona la verdad.

Ahora que comentas que notas tus propios errores en esta canción yo escuché algo raro la primera vez que escuché, parecía una batería de móvil que se agotaba, me quedé un poco rayado (risas)

Eso deben ser las pistas ambientes que hicimos con Emilio Saiz. Como había muchas canciones que eran electrónicas de casa sí que hicimos mucho trabajo de intentar ponerlas todas en el sitio donde grabamos que fue La Casamurada. Hay mucha grabación allí, por ejemplo la pista del piano que ya habíamos grabado la procesamos por la pedalera de Emilio e íbamos grabando con los micros lejanos de la sala de La Casamurada que encima también tiene un pozo de ‘reverb’ natural. Entonces pusimos un micro en ese pozo y esa pista de piano que ya había grabado la sacabas con el amplificador de Emilio y los pedales con mandangas extrañísimas y ya se grababa a través de este pozo. Nos gustaba más eso que en lugar de añadir una pista de alguien tocando y era como hacemos electrónica con nuestra propia mierda. Con nuestro propio sampleo ya hacemos electrónica. Eso fue un descojono, entonces pasaban accidentes sónicos de estos que pueden sonar a un teléfono que se le acaba la batería pero la realidad no sé ni lo que es.

Una cosa que mola bastante es que estás contando con algunos hilos en Twitter cómo fue el proceso de creación y grabación de estas canciones (aquí los adjunto)

Para mí era importante y me hacía mucha ilusión que se supiera como se hace porque estoy seguro de que, tal y como se hacen los discos en España, nadie los ha hecho como lo hemos hecho nosotros. Sé que es un poco radical. Aparte me hacía ilusión por explicar a la gente lo que hacen Ricky Falkner, Santos Berrocal, Fluren Ferrer, Xavi Molero y Emilio Saiz que me parece mágico y al final es como que oyes un disco y una batería y parece que es normal pero que como músicos y productores me parecen que están en un nivel que es inaudito y es increíble lo que hacen. Me hacía ilusión de alguna manera de que se supiera. Aún así, escribiéndolo era como "mierda, es imposible transmitir con palabras lo que hace esta peña". Son increíbles.

A veces cuando escuchas el disco entero se nota que es muy especial pero no sabes exactamente por qué. A mí también siempre me ha gustado ver los ‘making-of’ de Radiohead cuando explican cosas del estudio y me parece flipante y mola que se sepa. Que se vea que es muy arriesgado lo que está pasando en el estudio, que no es como si hicieras un disco normal. No me sale bien pero intentar hacer un poco de pedagogía de lo que pasa en el estudio porque me parece que aquí sólo vamos a hacer conciertos que parece que es solo lo que interesa cuando sacas un disco pero que en realidad todo el proceso que hay detrás de los discos es muy cañón y mola darle valor.

Cuando escucho el comienzo de 'Las ventanas se encienden' me recuerda mucho a The War on Drugs y la canción 'Pain'. ¿Qué otras influencias podemos encontrar en este álbum?

Sí, sí. No había una referencia concreta de The War on Drugs pero justo en esa canción pensamos en Fleetwood Mac que en el fondo son como ellos, vienen del mismo sitio. Influencias en este disco concretamente es de ver a DJs pinchando y escuchar música electrónica a tope y luego ir a alguna rave que me han cambiado la vida. Sobretodo porque sólo he estado escuchando ese tipo de música los últimos años, pero influencias todas, se me hace muy difícil explicar cual porque me gusta todo. Tengo un problema porque soy muy ‘freak’ de la música, escucho mucha y muy diferente. No es que solo escuche un género, escucho todo. Y cada vez tengo menos manías, no hay nada que me parezca mal en la música, no estoy en contra del 'Auto-tune', no estoy en contra de nada. Mucha gente te pregunta “¿qué opinas del trap?”, pues a mí me parece de puta madre. Me parece que todo vale mientras esté bien hecho y emocione. No tengo ningún problema, es música. La música va de libertad y apertura, todos estos que ponen cortapisas a la música en realidad están ciegos, no se han enterado de qué van.

Igual viene un poco a colación. Hace un tiempo explicaste por Instagram que teníais un 'beef' (una pelea física o controversia entre dos raperos creando una rivalidad en la que cada uno difama y se enfrenta al otro de cualquier forma, según Wikipedia) con Izal. ¿Qué pasó ahí?

No pasó nada. Básicamente yo hice la canción ‘Grupo revelación’ en el momento en el que había todos estos grupos de la nueva épica española que ponen el bombo a negras y que hacen ese ritmo rápido y cantan muy fuerte con ese tipo de música que a mí no me gusta, pero no pasa nada. Entonces hice esa canción para reír un poco pero no para meterme con nadie. Se dieron por aludidos, con razón, porque -no lo sabía porque no les había escuchado- se conoce que dentro de una letra dicen algo de “idos a la mierda”, entonces yo en el estribillo puse lo de “podríais ir todos a la mierda”. Pero el productor de ese tema que fue Luca Petricca también había grabado su canción, entonces me dijo que “tienes una canción que se llama ‘Grupo revelación’ y en tu estribillo parece que estás comentando este otro estribillo”. Yo no lo sabía pero en todo caso no iba a cambiar mi estribillo porque estaba bien.

Entonces fuimos a delante y ellos se lo tomaron mal, supongo. No pasó nada más porque yo soy un grupo pequeñito y ellos son famosos. Luego ellos hicieron ‘Tambores de guerra’ y me hizo mucha gracia. Yo lo veía en mi cabeza como que su respuesta era un poco de Ciudadanos, un poco populista. Yo conozco a Mikel y ellos son muy buenas personas, que no me guste su música no significa que no les desee lo mejor pero me hacía gracia que se supiese esto. A mí me gusta hacer reír y también veo que al final con todo esto de la música es mejor no meternos en jardines ni problemas. Como que todo nos da mucho miedo y ya hasta se autocensura uno. Me acuerdo que cuando Oasis y Blur era muy divertido. No pasa nada, todos somos amigos. En el fondo no pasa nada por decir las cosas. No voy a decir esto porque alguien se va a ofender. Si solo piensas en eso es un cristo. Me apetecía ponerlo y que se supiera por reír, básicamente.

Yo lo entiendo también porque ellos son famosos. Él se enfadó un poco porque dice “pones esto, hablas mal de mí y encima me utilizas para hacer ‘marketing’ de tu grupo”. Si tu lo ves así, de acuerdo, pero yo lo hago porque me gusta reír. A lo mejor mi humor no lo entiende nadie pero me hace gracia ese tipo de ironías y que se sepan las cosas tiene su punto cachondo. No hay ningún problema, eh, yo a Mikel le quiero mucho. Pero como veía a los raperos que tienen ‘beefs’ me hacía ilusión (risas).

"Aún tiene el brazo levantado el constructor de pantanos", en 'Nunca pegarías a un hombre con gafas'... la política, especialmente la irrupción de Vox, está alimentando aún más tus letras

Es un drama. Filón me da pero yo por mí viviría mucho más tranquilo sin que me hicieran estas cosas. Es la deriva de la desinformación. No sé que ganas hay de separar las cosas. Cuando estaba en el colegio y hablábamos de la Unión Europea me imaginaba un mundo sin fronteras en las que todos los idiomas convivían, todos sabíamos alemán, catalán y euskera. Todos vivíamos en un sueño de la inteligencia humana de querernos a todos, sin racismo, sin nada. Ahora parece que vamos todo al revés.

"Yo ya no puedo ver más embestidas a mi pueblo", en 'Las ventanas se encienden'. Otro dardo a lo que ocurrió en el 1 de octubre

No me acuerdo bien si fue justo el 1 de octubre cuando la policía pegó de hostias a todos los que fueron a votar al referéndum o alguna manifestación aquí en Madrid de las que yo he estado. Fue un momento que me salió del alma también. El 1-O me acuerdo de volver con la furgoneta de tocar y oír por la radio y seguirlo en Twitter y vivir un drama total. No tiene ningún sentido. Sobre todo lo que no me gusta es que perdamos esa humanidad, no puedes ir pegando a la gente de esta manera. Del otro lado tampoco me gusta que se juegue con ese sentimiento de identidad para hacer política cuando CIU era un partido de derechas que había hecho recortes sociales igual que el PP en España. Es como… hemos hecho todo esto mal pero ahora vamos a hacer una cortina de humo del independentismo. Todo es mentira en el fondo y nos la están colando y nosotros vamos detrás como tontos con la tontería de la bandera. Mucha de mi familia sí que fue a votar y no sé yo sé que mi tía no tiene nada malo, en el fondo quería votar. Conozco mucha gente que también iba a votar ‘No’ o en blanco. Solo querían votar.

Cambiando de tercio, ¿cómo vas a integrar este disco en los directos?

Hemos hechos dos ensayos y mi intención es solo tocar canciones del disco anterior con este nuevo y no tocar más del pasado. Seguro que hay algún seguidor que al final del concierto nos dice “que pena, no nos has tocado esta” pero por mí no haría falta ni tocar ‘Grupo revelación’ nunca más. Ya la he tocado muchas veces. Quien nos ha visto en directo ya la ha visto. A lo mejor soy muy radical con estas cosas pero el ‘setlist’ que preparamos el otro día era tocar el disco nuevo entero y luego cinco del anterior. Ese sería el repertorio base. El disco nuevo lo haré entero seguro. Luego quiero que sea como una sesión de DJ. Vendrán Mole y Emilio conmigo y seremos tres. Yo llevaré la mesa pero sobre todo lo que quiero es que sea muy libre sin ningún tipo de respeto con el disco, será todo diferente, seguro. Será una sesión de DJ donde todo estará muy enlazado y que no haya ni un silencio, que la gente no tenga ni un momento donde aplaudir o que aplaudan donde quieran. Salir un poco del esquema de tocar una canción, dar las gracias, aplausos. Realmente estamos haciendo música sin parar.

En salas mi intención sería poner música desde que se abren puertas directamente, que sea una rave y que la gente sepa que, aunque no empecemos a cantar canciones hasta la hora de inicio del concierto, cuando se abran puertas ya estén pasando cosas. Con Mole y Emilio ya hemos ‘jams’ porque ya nos conocemos mucho y cuando la grabación del disco de Nothing Places estuvimos en Mallorca y Emilio tenía el ritual que después de grabar teníamos que hacer ‘jam’ pasara lo que pasara. Recuerdo un día que hicimos una y al terminar me tomé una cerveza con Mole y le dije “que guay esto que hemos hecho, hemos estado 20 minutos” y me contestó “hemos estado dos horas y media”. El tiempo es elástico cuando pasa eso. Me gustaría hacer eso con la esencia del disco y que cada noche haya una experiencia musical diferente, quien nos vea en Murcia que sepa que habrá un concierto radicalmente diferente en Bilbao aunque suenen las mismas canciones. También diferenciar mucho lo que haces en la sala a lo que haces en el festival. El que vaya al festival que sepa que si va a vernos a otro sitio se encuentre una cosa muy diferente. Esa es la intención.

Martí Perarnau IV, con este nuevo Mucho, prepara algo gordo. De momento, el disco es redondo, en cuanto a letras, sonido y concepto. La banda prepara ya la gira pero con la idea de que todo "vaya haciéndose bola entre nosotros y dentro de un año lo que hayamos hecho haya crecido por sí solo en los escenarios". El debut del disco en directo-rave es el 15 de febrero en Málaga, le seguirán Algeciras y Granada. Madrid será en el Festival Tomavistas y avisan, a este sí que vendrá Ricky Falkner y saldrá a alineación dorada.

Íñigo Renedo

Íñigo Renedo

Redactor de deportes en la Cadena SER y forma parte del programa de música indie 'Fuego y Chinchetas'....

 
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