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FLAKO

Flako, de las alcantarillas a las estanterías

Su primer trabajo se forjó entre barrotes. Un relato vivo y auténtico de su historia como butronero. Una vida pasada por la que pide disculpas y que plasma en 'Esa maldita pared'

FRAN PASTOR / CADENA SER

Madrid

"Piensa que la vida es infinitamente más bella y limpia si no te persigue nadie". Claro, directo y breve. Así dedica Flako su libro a sus lectores. 'Esa maldita pared' se forjó en la cárcel, en una pequeña celda en la que su autor cumplía condena por atracos a sucursales bancarias. Tras su paso por prisión, el ex butronero conversa con Macarena Berlín, a quien le relata su proceso creativo tras una vida bajo las alcantarillas de Madrid.

"Piensa que la vida es infinitamente más bella y limpia si no te persigue nadie"

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Empezó a escribir animado por el director de cine Elías León Siminiani, con el que comenzó una relación epistolar de la que nace la película documental por la que casi obtienen el Goya a la mejor película documental. Durante un año completo, pasó 21 horas encerrado en su celda y saliendo al patio solo tres horas al día. "¿Qué haces 13 horas despierto metido en una celda de dos por dos?", formula el escritor. Esta pregunta lanzada al aire fue determinante para que Flako comenzase a escribir y a leer, y sin darse cuenta, cambió su rumbo y su vida.

'Esa maldita pared' es un libro autobiográfico enmarcado en el genero del Neorrealismo castizo. Un repaso a los años de atracador de bancos de Flako. Sus páginas trasladan al lector a los lugares donde acontecían los hechos. Historias que se mueven entre los bares de Vallecas, un barrio obrero de Madrid, y las sucursales del barrio de Salamanca. La prensa bautizó a Flako como 'el Robin Hood de Vallecas' a raíz de una frase que él mismo apostilló y que como cuenta ahora el escritor, se trata de una especie de homenaje a su padre. Relata Flako su voluntad para ayudar a los suyos siempre que le ha sido posible y que en realidad no deja de ser una frase irrisoria que se le pasó por la cabeza en su momento. "No iba por mí, yo no soy el Robin Hood de nadie", aclara.

El padre de Flako se encuentra muy presente en el libro. El título, también tiene que ver con el vínculo con su progenitor y guarda relación con la canción 'La pared'. Esa canción de Bambino le recuerda a su padre, a esos momentos que compartió con él y que les sabían a triunfo. Días en los que ambos estaban en su furgoneta cargados con el botín que acababan de robar. "Yo nunca bajé a las alcantarillas con mi padre", explica Flako. Su debut fue cuando su progenitor faltó.

Reconoce Flako que "jamás en mi vida me podía imaginar que iba a llegar a donde he llegado". Su proceso creativo se divide en tres fases, la primera de ellas dominada por la rabia de la situación, de lo que le había pasado y sus encontronazos con los medios. Una vez conoce a Elías León Siminiani, pasa a su siguiente etapa como escritor. Y la última, tiene como punto de partida la entrega al director de cine del manuscrito por parte de Flako, 200 folios escritos a mano.

'Esa maldita pared' recoge las vivencias de Flako, una prueba viva y física de su vida. "El día de mañana es bueno tener un recuerdo de tu vivencia", asegura el escritor. La línea a cruzar con un libro de este calibre es fina en cuanto a herir la sensibilidad del lector quien puede llegar a ser uno de los trabajadores a los que Flako apuntó con un arma. Así, Flako pide disculpas por primera vez públicamente a las personas a las que atracó a punta de pistola. "Yo cuando atracaba mi intención no era hacer daño a los allí presentes", alega que tiene sentimiento de culpabilidad y prosigue, "yo escribí lo que yo sentí, viví e hice". Lejos de querer romantizar la vida de un delincuente, Flako expone la vertiente contraria "es muy frío apuntar a alguien con una pistola".

La paternidad cambia la vida, visión y objetivos de Flako. "Yo no quiero que mi hijo vea en mí lo que yo ví en mi padre", explica que igual que vió aspectos negativos referentes a su padre, también pudo ver lo bueno pero “lo que vi en mi padre no me ha destrozado la vida pero me ha hecho tener un bache bastante fuerte”. Flako no pudo asistir al nacimiento de su hijo ni llegó a empujar su carrito y es que fue detenido el día que nació el pequeño, al que asegura que educa estrictamente y anima constantemente a estudiar. "Estuve casi un año que no podía ver fotos de mi hijo porque para mí era no ser leal a mi propia sangre".

Confiesa tener nostalgia de algunos aspectos de su anterior vida, como el dinero. "Lo que pasa es que es un precio muy caro a pagar", e insiste, "prefiero ser mil eurista, comer huevos y patatas fritas y dormir tranquilo". Flako es claro en lo que se refiere a su vida anterior. "Para yo volver a hacer alguna locura de estas no tendría que tener a mi hijo o que me diesen dos años de vida" y entre risas comenta la posibilidad de poder dejar Madrid como un queso gruyer. Bromea Flako, "pueden estar tranquilos los bancos y la policía, desde que me metieron en la cárcel los bancos son más seguros".

La nueva vida de Flako avanza paralela a la escritura. En este momento se encuentra en pleno proceso creativo a raíz de una conversación con su padre antes de que este falleciera. "Estoy intentando escribir una trama de cómo sería ese último atraco ya que no me puedo permitir atracarlo físicamente, pero sí escribiendo". Ojalá los atracos perfectos se den solo en la literatura.

 
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