El enfado de Coixet en la Berlinale: "Los señores exhibidores tienen un negocio que depende de los autores"
La directora española presenta 'Elisa y Marcela' tras la revuelta de las salas alemanas contra la película de Netflix
Berlín
Isabel Coixet no oculta que está dolida con la actitud de los exhibidores cinematográficos alemanes, quienes en una carta abierta a la ministra de cultura alemana, Monica Grütters, y al director de la Berlinale, Dieter Kosslick, reclaman la retirada de la competición de su película Elisa y Marcela, la única española que lucha por el Oso de Oro. El motivo es que Netflix, propietaria de los derechos de distribución, no garantiza que vaya a verse "de forma regular" antes en los cines que en las televisiones, salvo en España, donde sí está asegurado.
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“No me parece justo que en nombre de la cultura tengamos que eliminar esta película de Sección Oficial. Decir que no tiene que estar aquí es no respetar al autor”, ha lanzado la directora en cuanto se le ha mencionado el tema en la rueda de prensa posterior a su primer pase en la Berlinale, recibiendo encendidos aplausos por parte de la crítica internacional presente en la sala. Coixet ha recordado que empezó a escribir el guión hace diez años, los mismos que le costó encontrar la financiación para que viera la luz. “No existía entonces Netflix”, puntualiza, “y la película se rodó en cuatro semanas y con un bajo presupuesto. Encontré a una productora que me propuso la idea de ofrecérsela a Netflix. Era en blanco y negro, pero no les disgustó”.
“Desde el primer momento estaba claro por ambas partes que la película se vería en la gran pantalla. No era solo un compromiso, un año antes de que se acabara se sabía que se podría ver en los cines en España", aclara la realizadora, quien considera “contradictorio e incoherente” boicotear a un autor porque "los señores exhibidores tienen su negocio, que depende de las cosas que hacemos los autores". Más de 160 exhibidores alemanes cuestionan en su carta la elección de ‘Elisa y Marcela’, algo que ya temía el propio director de la Berlinale, quien en un encuentro con la prensa internacional, vaticinó que llegaría la polémica. “Y para evitar problemas después, hemos pedido a Netflix que nos garantice por escrito que la película se verá en los cines", aclaró Kosslick. Algo muy relevante para la Berlinale, ya que sus normas de participación prohíben aceptar cualquier película a competición que no vaya a ser exhibida en los cines.
La aceptación de Netflix ha confirmado un cambio de estrategia de la compañía para acceder al circuito de festivales. El primer paso lo dio con ‘Roma’, de Alfonso Cuarón’, rechazada en Cannes, pero proyectada en Venecia, donde se alzó con el León de Oro, y va camino de conquistar los Oscar, tras haber sido proyectada en pantalla grande durante un tiempo limitado. “No sé cómo será el futuro, pero todos sabemos, incluso lo que han escrito esa carta, que el futuro pasa por la coexistencia de películas en plataformas de streaming y en salas. El gran ejemplo es Roma, que además creo que será la ganadora. Muchas películas deben ser vistas en una sala, y esa connivencia de las dos cosas es fundamental”, afirma Coixet, quien lamenta lo que considera “una falta de respeto para el festival, las películas, el trabajo de las actrices, la producción…” “Pero sobre todo esa obsesión como que somos una especie de mafiosos o de tramposos, que queremos colar la película y ellos lo tienen que saber. Y si no lo saben o no lo quieren aceptar, ya es su problema”.
La realizadora espera que la película tenga un buen recorrido en España porque beneficiará su llegada a otros países, como a Brasil, por ejemplo, donde, según Coixet, hay varias distribuidoras interesadas: “En Brasil se va a prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo, y creo que es muy importante que el mensaje de ‘Elisa y Marcela’ pueda verse allí”.
Elisa y Marcela compite en la Berlinale este año con otras 15 cintas. La película fue recibida con tibieza en el primer pase de prensa, al contrario que Coixet y las actrices protagonistas, Natalia de Molina, y Greta Fernández, quienes han cosechado aplausos y alabanzas. Cuenta la historia de Elisa y Marcela, apenas dos jovencitas cuando se conocen que se enamoran rápidamente. Años más tarde, se encuentran de nuevo y deciden vivir juntas. Ambas son maestras en la Galicia rural e intentan mantener su relación en secreto hasta que lo evidente se da de bruces con la sociedad patriarcal y ultra católica de la España de principios del siglo XX. Una historia real basada en la vida de dos mujeres que consiguieron casarse por la iglesia en 1901, aunque para ello una de las dos se disfrazó de hombre. “Teníamos muchos datos, mucha información sobre estas mujeres, pero queríamos crear esa química que reflejase el amor verdadero que se sentían, y para ello necesitábamos confiar mucho la una en la otra”, explica Natalia de Molina. Su compañera Greta Fernández, asegura que fue “muy fácil trabajar” en el proyecto, sobre todo porque siempre quiso hacer una historia de amor, que en este caso, se ha convertido en un canto a la dignidad y la resistencia.