Cómo sentir un orgasmo tras una violación: el corto español que explora el placer femenino
La directora Irene Moray compite a sus 26 años en la sección oficial de la Bernlinale con 'Suc de síndria': "Tenía ganas de representar una sexualidad más consciente, basada en el consentimiento, en crear un espacio seguro tras el trauma"
Madrid
Un fin de semana, una casa de campo y una confesión entre amigos. La directora catalana Irene Moray enmarca en una escenario idílico ‘Suc de síndria’ (‘Zumo de sandía’ en español), un corto de 20 minutos que explora el deseo femenino y cómo llegar a un orgasmo tras una violación. La joven realizadora, de tan solo 26 años, elabora un relato luminoso y esperanzador a través de la intimidad y complicidad de la pareja protagonista, interpretada por Elena Martín -también directora en Julia Ist- y Max Grosse. Un viaje sensorial, delicado y sutil, del trauma al placer, para demostrar que hay salida.
Moray, que también trabaja como fotógrafa, se estrenó en el corto hace unos años durante su estancia en Berlín. En ‘Bad Lesbians’ también ya se interesó por la sexualidad femenina con una historia que empieza con una chica que se masturba pensando en su ex. Producido por Distinto Films (Miriam Porté -Cima-), ‘Suc de síndria’ compite en la sección oficial de Cortometrajes de la Berlinale junto a otras 23 producciones.
¿De dónde surge la idea?
Fue un poco inspiración divina. Se me ocurrió, lo escribí y salió esto, fue pura intuición. No es tengo una idea, quiero hacerla, simplemente surgió. Pero sí es verdad que me interesa especialmente mostrar relaciones sanas, quería explicar que con el amor se puede curar todo. Conozco a muchas mujeres que han pasado por una situación similar, o solo leyendo la prensa hay cosas que me duelen de cómo funciona el sistema. No se hace justicia. Todo este menjunje nació de ahí pero de forma inconsciente.
En tus dos cortos exploras la masturbación femenina, ¿es un tema que no está representado en la ficción?
En general, la sexualidad está representada desde el punto de vista masculino. Creo que faltan muchas otras visiones de diversidad. De cómo vive la sexualidad una persona trans, una persona budista, otras tipos de sexualidades… En mi caso muestro cosas quizás más heteronormativas pero desde una visión femenina. En este segundo corto, también más consciente. Vemos a una pareja que respira a la vez, trabajamos con los actores a través de ejercicios de tantra. Tenía ganas de representar una sexualidad más consciente, basada en el consentimiento, en crear un espacio seguro donde estar tranquilos. Muchas veces todo esto en el sexo representado en la pantalla se obvia.
Cómo afronta una mujer su vida sexual tras una violación es casi un tema tabú…
Me da bastante rabia que cuando en el cine se habla de una violación se hace para enseñarlo. Y lo suele hacer de una forma muy explícita, incluso sexy. A veces me digo: ¡dejad de grabar esto! Si estamos hablando de que el 20% de la sociedad ha pasado por ahí, seguramente no quiera verlo y revivirlo. Vamos a ofrecer una visión que no sea el trauma que viven tantas mujeres y que sigue pasando. Yo quería aportar un poco de esperanza y luz. Decir que hay muchas mujeres que les pasa pero darles el espacio para seguir viviendo y no tener que cargar con el estigma, que puedan hablar de esto sin ser raras o juzgadas. Que puedan ser ellas mismas, seguir siendo divertidas, alocadas o unas muermas, lo que ellas quieran como una persona cualquiera.
Es interesante el choque entre amigos. Donde ellos ven, por ejemplo, una broma en un piropo, las mujeres ven acoso, ¿se pueden ver muchos grupos representados?
Lo que he planteado es una perspectiva de compasión. En el sentido de que todos los personajes que vemos son buena gente, pero igual se equivocan, hacen algo con la mejor intención y a otra persona le sienta mal. Yo quería mostrarlo de una forma en que algunos chicos hacen comentarios que pueden herir a una mujer por sus vivencias pero que el espectador entiende a ambos. Con comunicación, todos se disculpan y se arreglan. Me apetecía mucho mostrar que si se va desde el respeto, de intentar entender al otro y ser la mejor versión de ti mismo, nos podemos entender. Puedo entender tu comentario desde el desconocimiento, que a mí me haga daño, y tú te disculpes por ese daño. Así vamos construyendo y entendiéndonos.
Además colocas la violación en el entorno cercano de la víctima, un amigo, y retratas el silencio de las mujeres especialmente en estos casos
Este es el gran problema. Está normalizado en la sociedad no tener en cuenta el placer de la mujeres y el consentimiento. Lo vemos todos los días, los políticos, las noticias… Todo el sistema avala que no se respete el cuerpo de una mujer y esto tiene unas consecuencias gravísimas para las chicas y sus emociones. No hace falta que sea una violación, con tu pareja, tu amigo o alguien que no respeta tu cuerpo. Esto pasa mucho, afecta a muchas mujeres. No estoy nada de acuerdo con el arquetipo del violador que tenemos en mente, el que te pilla de noche en la calle y te viola. Pero no, muchas veces dentro de tu familia, tus amigos, también pasa. Lo digo por mujeres que me han contado estas cosas. No hay una conciencia ni una educación sexual sobre el consentimiento, y muchos hombres no tienen conciencia de que no solo cuenta su deseo.
José M. Romero
Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...