Muere Bruno Ganz, el actor que encarnó a Hitler en 'El hundimiento'

Madrid

Fue Hitler en El hundimiento, la película dirigida por Oliver Hirschbiegel y que conmocionó a los alemanes al retratar, con tono de thriller, los últimos 12 días del dictador. La crítica cayó rendida al trabajo del actor suizo Bruno Ganz. "Es Hitler", llegó a sentenciar el autor del libro en el que se basa la película, Joachim Fest. Ganz, que ya era un icono en el teatro alemán, estudió el acento austriaco de Hitler y convivió con enfermos de parkinson para mostrar una interpretación espeluznante del fuhrer, que más que reflejar a un demonio, mostraba a hombre de carne y hueso.

Esa era una de las habilidades de este actor que ha fallecido a los 77 años en Suiza, su país natal, después de sufrir un cáncer de páncreas. Casi todo su trabajo lo desempeñó en la lengua alemana y fue uno de los actores de las primeras obras de Wim Wenders, como El amigo americano, Tan lejos, tan cerca o El cielo sobre Berlín. 

También bordó papeles en inglés, como los de The Reader, de Stephen Daldry, El candidato manchú, de John Frankenheimer, El consejero, de Ridley Scott, donde compartió reparto con Bardem y Penélope Cruz. Trabajó con maestros como Francis Ford Coppola en El hombre sin edad. En los últimos años había tocado el cine de acción de la mano del director catalán Jaume Collet Serra en Sin identidad, thriller con Liam Neeson de protagonista o la comedia política con Sally Potter en The Party. Curiosa es su participación en El río de oro, de Jaime Chávarri, junto a Ángela Molina y Juan Diego Botto.

Su último papel en el cine fue con Lars von Trier, en La casa de Jack, película que presentó en el Festival de Cannes, la voz de la conciencia o del mal -depende de cómo se mire- del personaje principal, el asesino que interpreta Matt Dilon. Pero su último trabajo sobre los escenarios, que tuvo que abandonar cuando empezó el tratamiento de quimioterapia, fue narrador en la ópera de Mozart La flauta mágica durante el Festival de Salzburgo

Ganz era portador del Anillo de Iffland, que tradicionalmente lleva el que haya sido considerado mejor actor en lengua alemana del momento, y que a su muerte debe heredar otro intérprete, por lo que deberá buscarse un sucesor.