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MARCOS GIRALT

"No tiene sentido escribir libros que no sientes ligados a preocupaciones profundas tuyas"

Su último trabajo plasma en sus páginas conflictos, tensiones y el sentimiento de culpa. Nueve relatos que giran en torno a las relaciones humanas y la familia

Macarena Berlín junto a Marcos Giralt. / BREZO CRIADO SANTOS

Madrid

Las páginas de Mudar de piel, el último libro de Marcos Giralt, hablan de las relaciones humanas en el núcleo familiar. Un libro en el que se dan conflictos y tensiones intergeneracionales, en el que se trata la fidelidad y la infidelidad o la culpa. "Si somos estrictos, la familia no tiene fronteras", recuerda Marcos Giralt a Macarena Berlín.

"La literatura es una prolongación del juego infantil pero también algo muy serio"

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Marcos Giralt (Madrid, 1968) se considera tímido. Su capacidad de observación le sirve para esconder su timidez, señala. Premiado con el Herralde de Novela y el Premio Nacional de Narrativa por Tiempo de vida, presenta ahora Mudar de piel. Se trata de nueve relatos escritos entre 2012 y 2017. Historias cargadas de sentimientos y humanidad, y es que como dice su autor, "no hay nada que suceda en el mundo que no lo haga en el seno de una familia. La familia contiene el mundo".

Asegura Giralt que sin conflicto y crisis, no hay vida. "Aunque solo sea el mero avance por el camino de la vida que nos aleja del origen y nos acerca al final, eso ya entraña ese pequeño conflicto". No es la primera vez que el escritor madrileño ahonda en el tema familiar en uno de sus trabajos. En 'Tiempo de vida', el autor profundizaba en la relación que mantuvo con su padre ya fallecido, el pintor Juan Giralt. "Vivir es vivir en crisis y en conflicto. Sin ello solo que da la contemplación de una pared blanca".

En esta ocasión, regala al lector nueve relatos. Un número clave para el escritor y que hace referencia a los Nueve cuentos de J. D. Salinger. "Creo que los libros de cuentos tienen que tener un número impar porque me parece que todo queda más equilibrado con un centro al que orbitan". Relata el madrileño que con Mudar de piel se propuso hacer un libro más redondo que el anterior, que solo tenía cuatro cuentos y que entregó a falta de uno. "El libro parte de cierta sensación de no haber cumplido del todo mi tarea con mi anterior libro".

El autor denomina a sus relatos novelas bonsái dada su tendencia, en algunas ocasiones, a escapar de su género. Muchos rompen esa forma casi circular o ceñida que tiene el cuento aunque aclara Giralt que quizás más que extensión es "esa idea de cerrar una cosa completamente".

Baker y margaritas entraña una historia sobre una madre a la que no le gusta su hija. "Todos tenemos que crecer, a veces los padres están demasiado ligados a sus hijos". Habla el autor de esa etapa de la vida que los hijos comienzan a emanciparse, y los padres no saben cortar ese vínculo. "Cortarlo es necesario para permitir al otro que crezca, pero también para uno recuperar su propia vida". A veces ese paso no se da del todo, "quedan puertas abiertas". Un tira y afloja universal.

Conforme fue escribiendo, en todos los relatos aparecía el sentimiento de culpa. Este es uno de los nudos más sólidos que atan a la persona. "Creo que es inevitable hurtarte a las expectativas que los otros generan", y prosigue, "es imposible cumplir las expectativas del otro, porque hay muchos otros". El autor considera que esa culpa actúa como una especie de pegamento en muchas relaciones.

La literatura es compleja y a Marcos Giralt le agrada tanto como escritor como lector porque "no traza imágenes planas de la realidad". En ella operan tendencias contradictorias. "Decir que la culpa es un ingrediente fundamental no desdice que el amor también lo sea. Son dos fuerzas que operan en nosotros de manera diferente y dependiendo del momento. Somos muchas personas en una". Todas esas fuerzas son las que al escritor le interesa ver.

La adolescencia es otro de los temas en los que Marcos Giralt pone su mirada. El autor se detiene en esta etapa de la vida porque para él es el momento en el que el conflicto aparece, de una forma virulenta. "Los padres te pintan una realidad edulcorada. Llega un momento que te das cuenta de cuán falsas son esas esperanzas pues nos rodean realidades muy ingratas". Sostiene el escritor que se trata de un momento de choque para cualquier individuo pero, en concreto, para los adolescentes se puede tratar de una confección de su vida.

El autor se niega a la urgencia de publicar cada cierto tiempo y salir en la palestra. De hecho, son siete años los que han pasado desde el que fue su último trabajo hasta la publicación de Mudar de piel. "La literatura es una prolongación del juego infantil pero también algo muy serio, no tiene sentido escribir libros que no sientes ligados a preocupaciones profundas tuyas". El equilibrio para Marcos Giralt reside en momentos de soledad y quietud, junto a la literatura y la reflexión. Así, para el escritor madrileño la literatura es una arte que encierra un intento de seguir jugando, "una resistencia a ingresar en el mundo de los adultos".

 
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