La derecha está en un lío

Superada con notable éxito por todos los partidos esa ceremonia sangrienta, cainita y salvaje de eliminar a navajazos de la lista por Cuenca, un suponer, al diputado que un día nos sonrió de mala manera, cuando todavía no éramos quien hoy somos, el amo y gran señor del cortijo. Se empeñan dirigentes regionales en mantener a los suyos, tanta reverencia y feos servicios les deben, que así dejan señalados los objetivos para el jefe superior: ésa o ése, tan amiguito de mi enemiga, que tanto le quiere, razón de más para el desagüe. A la calle con ellos. Así que ya vamos a campo limpio y al menos en este momento, el PSOE parece tener el camino más desbrozado de falsas trampas.

Se ha empeñado la derecha en una táctica tan estúpida como suicida: primero agruparse todos en un mismo y amoroso trío, para inmediatamente empezar a demostrar que son muy distintos el uno del otro. La jugada es, simplemente, ridícula. Si aparecen los tres uno y trino, como los efectivos paladines del cambio, somos la garantía para que no vuelvan a gobernar quienes rompen España, clamaron en la plaza de Colón, empiecen a convencer ahora al electorado de que votar a Vox es tirar la papeleta, o que la verdadera derecha es la mía, que grita el pimpollo Casado. Por no hablar de Rivera… Un dislate