¡Cómo cambian los tiempos!
De lo que valió ayer sirve ya para mañana. Posiblemente porque nunca ha saltado tanto la opinión pública de un lado a otro del espectro. De ahí que la campaña se inicie con unas expectativas electorales que apenas tienen certezas
Más que en el inicio de una carrera electoral parece que nos metemos en una máquina del tiempo. Vox empieza la campaña en Covadonga, que son 1.300 años de historia atrás, en la Reconquista. Claro, que peor hubiera sido empezar en Atapuerca. Pablo Casado fue nombrado hace poco nuevo jefe del PP y entra en campaña como líder de la antigua Alianza Popular. En menos de un año, Casado ha andado hacia atrás lo que su partido tardó 30 años en recorrer hacia el centro. Claro que más rápido ha sido Albert Rivera en transitar por la mitad del arco ideológico. Rivera, en vez de liderar la candidatura de Ciudadanos, parece llegar a la campaña corriendo detrás de los votantes que va perdiendo.
En política, además de unas ideas hay que procurarse un espacio. Y Pablo Iglesias quiere liderar el espacio del constitucionalismo. Y eso sí que ha sido una larga caminata. Entró en política pidiendo una segunda transición y entra en campaña abrazado al texto constitucional. Finalmente Pedro Sánchez acude a la campaña en busca de su tercera resurrección, que son dos más que la que protagonizó Lázaro. Hace apenas cuatro meses nadie en su partido quería ir con él a unas elecciones conjuntas, ya fuesen autonómicas o municipales. ¡Cuánto han cambiado los tiempos en tan poco tiempo!
Y es que vivimos tiempos muy volátiles, nada de lo que valió ayer sirve ya para mañana. Posiblemente porque nunca ha saltado tanto la opinión pública de un lado a otro del espectro. De ahí que la campaña se inicie con unas expectativas electorales que apenas tienen certezas. Todas las encuestas coinciden en que los indecisos son mayoría, que aún no saben o no contestan. Tiene importancia el asunto, porque posiblemente nunca una campaña ha podido ser más determinante, pero al mismo tiempo nunca los ciudadanos hemos llegado a la línea de salida tan cansados de campaña.