Edurne Portela: "Me interesaba entrar en una relación de pareja que no fuera una representación en blanco y negro"
La violencia es el epicentro de sus trabajos literarios. Su obra es una progresión de continuas reflexiones sobre ella y ahora da el salto a la ficción con 'Formas de estar lejos'. Una novela que toma la violencia de género como principal protagonista.
Madrid
La violencia es el centro de su obra. Siempre ha sido una de sus preocupaciones, desde que comenzó sus estudios académicos hace 25 años. Edurne Portela (Santurce, 1974), es escritora y Doctora en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Carolina del Norte en Estados Unidos, donde desarrolló su labor como docente como profesora titular de literatura española y latinoamericana. Su obra es una progresión de continuas reflexiones y ahora da el salto a la ficción con Formas de estar lejos, con la violencia de género como principal protagonista y de la que conversa con Macarena Berlín.
Edurne Portela: "Se pueden dar abusos en parejas con una educación y nivel cultural elevado"
22:01
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000005507299/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
La mirada de Portela está enfocada en la comprensión de la violencia, su impacto en la vida y cómo la cultura ayuda a representarla y entenderla. Desentrañó la violencia en Euskadi en el ensayo El eco de los disparos, dio voz a los silencios sobre el terrorismo en la novela Mejor la ausencia. Con Formas de estar lejos se abre paso a la ficción, con un tinte ensayístico que da pie a la reflexión. Durante la vida, se dan casos en los que no se identifica la violencia, pero se siente. "Gota a gota va minando tu bienestar, e incluso tu identidad", relata la escritora sobre la visibilización de gestos que no dejan de ser abusos, "pero es muy difícil señalar cuándo cae la primera gota y cuándo la siguiente es la que hace daño".
Formas de estar lejos cuenta la historia de Alicia y Matty, dos jóvenes que se conocen en un pueblo al sur de Estados Unidos, se enamoran y comienzan una vida juntos. La novela empieza con un prólogo en primera persona en el que Alicia está en su casa, sola, encerrada y aterrorizada. Cree que Matty está fuera, y no se atreve a salir. La fuerza de la violencia es palpable desde la primera página. "Me interesaba poner las cartas sobre la mesa desde el principio", sentencia Portela, quien sitúa a la pareja en un punto de no retorno. La intención de la escritora era ubicar al lector hacia la indagación y así acompañar a sus personajes desde el principio, viendo cómo se produce el deterioro y los abusos, cada vez más graves.
La novela repasa las causas que llevan a Alicia a una vida de convivencia con el miedo, y es es que Matty no agrede físicamente a Alicia, pero no deja de violar su intimidad. Formas de estar lejos explora una violencia aparentemente imperceptible, pero existente y dañina. "Me interesaba entrar en una relación de pareja que no fuera una representación en blanco y negro. Que no fuera Alicia solo una víctima y que Matty fuera el maltratador de manual".
Una de las reflexiones que ofrece la novela es que la violencia de género no está relacionada con el dinero ni con la formación intelectual. "Las relaciones de poder en una pareja son más complejas que eso. Se puede dar este tipo de abusos en parejas con una educación y nivel cultural e intelectual elevado". De hecho, Alicia es una mujer culta e intelectual, al igual que Matty, que a la violencia que sufre se une el desarraigo, otro de los temas que Edurne quería explorar. La experiencia de la migración le hace a Alicia encontrarse en un espacio y contexto que "le daba pie a aceptar una relación y comportamiento que un ambiente más protegido y con una red social de mayor apoyo no hubiera aceptado". Así, el personaje de Alicia le ha permitido reflexionar abiertamente sobre "cómo la soledad afecta a nuestro carácter, personalidad y que incluso transforma, a veces, nuestro sentido de identidad".
Frente a la voz de Alicia, encontramos la de Matty, un hombre con un contexto familiar complicado, con un padre maltratador. Una figura paterna en la que no quiere verse reflejado y en la que no se reconoce tampoco. "Él cree que quiere y quiere querer, pero emocionalmente tiene muchas carencias", algo que Portela reproduce en la manera en la que este personaje tiene en la manera de entender "quién es Alicia, en no entenderla y que le limita en la forma en la que podría crecer".
Para Edurne Portela, "la escritura siempre ha sido una forma de entender y de conocimiento", y señala que si no escribe, no acaba de entender las cosas. Cuando algo le preocupa, tiene desarrollar ese pensamiento a través de la escritura. "Para mí, es una necesidad", afirma la escritora, y aunque asegura que no siempre ha publicado lo que escribe, es un vehículo para entender, siempre acompañado de la lectura.