La campaña encalla en el debate
Que el primer gran debate de esta campaña sea desde ayer cómo se celebra el debate, dónde, e incluso si habrá al final debate es una polémica que solo le interesa a los partidos y a los candidatos.
La campaña encalla en el debate y rompe la tregua del puente, que con media España de vacaciones, parecía que iba a rebajar la tensión electoral. La mejor baza electoral de Sánchez estaba siendo hasta ahora levitar sobre la campaña sin cometer ningún error de bulto. Ayer logró poner a todos los demás partidos en su contra y abrir una crisis en la televisión pública, con el consejo de informativos contra la decisión de cambiar la fecha. Los demás partidos han localizado una vía de agua en la táctica del PSOE en esta campaña y han decidido tensionar la situación, convencidos de que Sánchez puede salir malparado de este pulso.
Que el primer gran debate de esta campaña sea desde ayer cómo se celebra el debate, dónde, e incluso si habrá al final debate es una polémica que solo le interesa a los partidos y a los candidatos. Un juego de estrategias que lanza un mensaje desolador hacia los ciudadanos: si no son capaces de ponerse de acuerdo tan siquiera sobre el día en el que celebrar un debate, que podemos imaginar que puede ocurrir durante los próximos cuatro años de legislatura.
Ayer volvieron a producirse incidentes, esta vez con Ciudadanos en Vic
Al grito de “Fuera Fascistas” decenas de personas abuchearon ayer a Inés Arrimadas y a otros dirigentes de Ciudadanos en la localidad catalana de Vic. Son demasiados incidentes ya en una campaña donde hay partidos que tienen dificultades para llevar su discurso a algunos territorios. Otro hecho inasumible en democracia. “Mala puta” y “Puta España” no es ningún grito, es una auténtica barbaridad.
Y entre tanto ruido, siguen los ruidos. Sánchez insistiendo en que no habrá referéndum de independencia; Casado insistiendo en los socios independentistas y proetarras de Sánchez y Unidas Podemos advirtiendo: votar a Sánchez es llevar a Rivera a las puertas de Moncloa.
A la campaña le hace falta una tregua. Casi un reseteo, para volver a primero de primaria de democracia. A una campaña con debates, sin intolerantes y sin incidentes. Y, si puede ser, incluso con ideas.