De Buenas a PrimerasUn mal día lo tiene cualquiera
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Un mal día lo tiene cualquiera

Un vecino con malas intenciones

Todos sabemos que ser español no es exactamente vivir en Disneylandia. Pero tampoco nos podemos quejar muy alto, porque hay algunos países que más que libros de historia tienen catálogos de desgracias

EFE

España

En el caso que nos ocupa hoy, los problemas casi siempre le vienen de una casuística con la que todos podemos empatizar: la de tener un vecino que no es feliz si no te ve sumido en la más profunda de las desgracias. El vecino en cuestión es Rusia, y el recipiente de ese bullying que se va alargando desde hace siglos es Ucrania. En los años 30, la política agraria de la URSS había matado de hambre a casi 7.5 millones de ucranianos. Unos cuarenta años más tarde, los dirigentes de Moscú le dieron a lo que era entonces la república soviética de Ucrania una central nuclear. Lo que en principio parecía algo bueno, acabó resultando en una desgracia que sigue teniendo consecuencias ahora.

Un vecino con malas intenciones

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Los que vivimos la guerra fría teníamos un temor constante de que cualquier conflicto en un país minúsculo de Asia o Latinoamérica llevara al mundo al apocalipsis nuclear. Eso no sucedió, pero lo que sí que tuvo lugar en Ucrania entre el 25 y el 26 de abril de 1986 fue el peor accidente nuclear de la historia de la humanidad. Debido a la férrea censura soviética, la verdad fue saliendo en cuentagotas, pero al final se hizo evidente que uno de los cuatro reactores nucleares de la central de Chernóbil, en la ciudad ucraniana de Pripyat, había explotado. 28 personas murieron al momento, pero los efectos secundarios siguen siendo difíciles de calcular 33 años después. La zona de exclusión de 30 kilómetros sigue activa, y los costes para la salud, el medio ambiente y la economía de Ucrania seguramente no se sepan nunca.

Así que, al llegar a casa hoy, dale un abrazo a ese vecino que se dedica a mover muebles a las 2:20 de la noche. Al menos no te ha puesto un reactor nuclear defectuoso en casa.

 
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