Guerra en la derecha y en la izquierda ante un resultado incierto

Madrid

A la campaña electoral ya no le queda nada, poco más de 24 horas. Los líderes son conscientes del poco tiempo que les queda para convencer a los indecisos y evidencian cada vez más sus enfrentamientos. En la derecha PP y Ciudadanos empezaron ya la batalla en los debates y la puntilla en modo de venganza y puñalada trapera ha sido la salida del PP del expresidente madrileño, Ángel Garrido, y su ingreso en Ciudadanos. Albert Rivera quiere dejar en evidencia a Pablo Casado, lucha fratricida por la hegemonía en ese bloque que tiene un tercer actor determinante, VOX. Determinante y el origen de todo, su irrupción, la fuerza de su irrupción en la escena política, ha puesto nerviosos al PP y a Ciudadanos. Les ha hecho modificar su discurso y utilizar todas las herramientas posibles para taponar la fuga de votos hacia la ultraderecha. La batalla se entiende por la lucha por la jerarquía en ese bloque.

En la izquierda, la guerra se centra en los posibles pactos post electorales. Ya en los debates Pablo Iglesias preguntó y repreguntó a Pedro Sánchez sobre un posible pacto PSOE-Ciudadanos y el candidato socialista se escabulló como pudo. Y por ahí le aprieta Unidas Podemos, a ver si luego los números dan y Pedro Sánchez se olvida del pacto de izquierdas y busca los apoyos en otro lado.

Así están las cosas en las últimas 24 horas de campaña, muy marcadas además por los dos debates electorales que dejaron una imagen de políticos incapaces de entenderse y acusándose unos a otros de mentir, y todos faltaron a la verdad en algunas de sus informaciones. No sé desde qué perspectiva observan todo esto los ciudadanos, pero si es desde el hartazgo el resultado puede ser todavía más impredecible de lo que pensamos.