El calvario de los deportistas con el voto por correo: "Luego dicen que hay un porcentaje muy bajo de participación"
Varios deportistas cuentan su odiesa a la hora de solicitar su voto, en muchos casos no han podido ejercer su derecho
María Requena: "Tengo que ir a la mesa electoral a las ocho de la mañana, firmar y esperar que mi presidente se presente"
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Madrid
Desde El Larguero nos hemos puesto en contacto con diferentes deportistas que han sufrido un auténtico calvario a la hora de ejercer su derecho a voto. En muchos casos no han podido votar por la mala gestión de las oficinas de correos. También conocemos el caso de María Requena, futbolista que se juega el pase a la Primera División que no se sabe si podrá acudir al partido por ser parte de la mesa electoral de su ciudad.
Jordi Xammar, regatista compitiendo en Italia, nos contaba que fue imposible pedirlo: "No he podido votar. Sólo estuve en España dos días. Había pedido a mi madre si podía ayudar un poco con las gestiones, estuvo peleando pero no lo ponían fácil". Además, explicaba que su novia, de Granada pero empadronada en Canarias, "tenía el mismo problema, pedía el voto por correo y por algún motivo extraño se lo denegaron. Viendo el panorama y estando dos días en casa, desistí un poco”
Por otro lado, Javier Hernanz, piragüista, lo pidió, pero nunca pudo recogerlo ya que le voto tardó un mes en llegar: "Fui el 26 de marzo a pedir el voto y contaba que me llegara antes de la concentración en Orense. Hasta un mes después, el 22 de abril, no nos llegó a Madrid. Todos estábamos en Orense y no pudimos recogerlo en el domicilio al que pedimos que nos lo enviaron. No contábamos que nos llegara en la semana de la votación. No se puede desplazar nadie a Madrid. En todo caso nos desplazaríamos para votar en nuestra circunscripción, pero al pedirlo ya no se puede".
En el caso de Álvaro Martín, atleta de marcha, tuvo suerte a la hora de recibir las papeletas, pero al llegar a su oficina de correos se encontró con otro inconveniente con el que no contaba: “No he votado. Fui con el aviso de llegada el único día que podía ir, que era un sábado de semana santa, y me encontré con la oficina de correos cerrada por la mañana. Me quedé con todo el mosqueo porque además era mi único día para votar porque al día siguiente me iba a Francia, donde estoy ahora. Puse una incidencia a correos, pero me contestaron diciendo que me pedían perdón y tenía que haberme ido a otra oficina de correos. No me han dado respuesta de por qué la oficina que me tocaba a mi estaba cerrada”.
Roberto Bautista, tenista número 21 de la ATP, si tuvo suerte a la hora de ejercer su derecho a voto, aunque tuvo que realizar varios viajes a su oficina de correos: “He podido votar pero me ha costado un poco. Me he marchado a Alemania y he votado antes de venir. Fui a correos una vez, me lleve los papeles, volví con ellos rellenados, me mandaron el certificado a casa por la mañana y volví por tercera vez a correos. Allí me dijo que la opción de voto está en camino y no podía votar ese día. Tuve que volver otro día y ya me dejaron votar. He tenido que ir cuatro veces. Debería ser más fácil. Hoy en día con la tecnología que hay debería haber otra opción”.
María Requena es, probablemente, el caso más impactante. Es jugadora del Alhama, un pequeño club que se juega el paso a la Primera División femenina. El día de las elecciones juega un partido muy importante, pero no sabe si puede acudir por ser parte de la mesa electoral de su pueblo. “Soy Valenciana y me notificaron hace dos o tres semanas que tenía que estar en la mesa electoral de mi pueblo como suplente. Justo me coincidió que no sabíamos las fechas para jugar los Playoffs. No sabía si iba a poder estar. No se puede recurrir, cuando te notifican tienes siete días para alegar que no puedes asistir. A la mesa electoral tengo que ir si o si a las ocho de la mañana, firmar y esperar que mi presidente se presente para a las cinco de la tarde estar en Murcia y jugar el partido”, explica la jugadora, añadiendo que en el caso de ser un futbolista de primera división “no hubiese pasado nada, lo justificarían de alguna forma”.