Juego de Tronos o la división de la izquierda
Tras la épica batalla del capítulo anterior, la serie se vuelca en un emotivo homenaje a los muertos en la guerra y se prepara para el esperado final
Después de una épica batalla toca recomponerse, velar a los muertos y que empiecen las nuevas alianzas. Los buenos han ganado a los muertos, pero queda recuperar el trono, donde está sentada Cersei, una cruel monarca que manipula al pueblo, al tiempo que le deja sin recursos económicos, mientras ella vive de los bancos. La batalla ha terminado sí, pero no la guerra. No es una frase hecha. No nos referirnos al sentido estratégico; sino más bien en aquello que Foucault explicaba como concebir la política como una forma civilizada de guerra, invirtiendo la famosa frase de Clausewitz.
La serie vuelve a ser la que fue en cuestiones de análisis político. ¿Quién es el mejor gobernante? ¿El que inspira temor? ¿Se puede hacer de todo con tal de llegar al trono? ¿Pueden morir inocentes? Parecen reflexiones propias de una ficción de corte fantástico y ambientada en una especie de Edad Media, pero no. Son cuestiones que han regido y rigen la política internacional y nacional de los estados modernos.
En un capítulo tiene también espacio para el amor y el sexo, con una nueva pareja surgiendo al fin de tanto dolor. Hay también espacio para la ironía y para parodiarse a sí mismo. Si la frase "El poder reside donde los hombres creen que reside", pronunciada en temporadas anteriores, ha dado para largos tratados de política, ahora vuelve a sonar, pero con tono de sorna en boca del personaje que esta temporada ha vuelto a reaparecer: Tyrion Lannister.
La frase sirve para introducirnos en una segunda parte del episodio centrado en cómo manejar el poder y en qué fuerza tiene la información. Hay una nueva verdad de las cloacas del estado de Desembarco del Rey que podría cambiar la balanza de fuerzas o, como en España, que no pase nada. De hecho, el capítulo parece retratar la división de un mismo bando en veinte. Algo que en España ha ocurrido siempre en la izquierda, pero que ahora empieza a sufrir la derecha. El capítulo cuatro de Juego de Tronos nos acerca a un final en el que parece que habrá dos reinas peleando, pero ojo porque cualquier nueva formación puede surgir en esta serie o en este país.
Khalessi oscila entre la rabia y la inteligencia a lo largo del capítulo. No duda en brindar por la nueva heroína del norte, Arya Stark, ni en nombrar nuevo Señor Bastión de Tormentas a Gendry, el bastardo Baratheon. Una buena estrategia de alianzas. Sin embargo, su temperamento no parece el mismo cuando se trata de Cersei o de Sansa Stark, que sigue sin confiar en la madre de los dragones. Para quien dijo que había pocas muertes en el anterior episodio, en este tiene dos muertes más. Muy significativas porque, se infiere, desatarán el odio de la reina Targaryen, lo que podría hacerla caer en los mismos errores que mandatarios anteriores han cometido, como bien le advierte su todavía leal consejero.
Otro interesante debate político se abre con las conversaciones de los dos consejeros de Khalessi. Tyrion Lannister y Lord Varys. El primero representa al pueblo, sus esperanzas y sus anhelos. El segundo, defiende al Estado, por mucho que el estado sea un constructo que de nada sirve sin los ciudadanos. Otra vez un tema clásico de la teoría política y un tema que escuchamos en los dos debates electorales en España.
El tema de género, que parecía resuelto Invernalia vuelve a aparecer. No todos los señores aceptan que las mujeres manden, sino atentos a esta conversación entre Varys y Tyrion a cuenta de sí es mejor Jon Snow o Khalessi como futuro rey:
Varys: "Es templado, medido, es un hombre, lo cual atrae más a los señores de Poniente, cuyo apoyo necesitaremos"
Tyrion: "Joffrey también era un hombre. No creo que una verga cualifique mucho, creo que coincidís"
Varys: "Y es el heredero al trono. Sí, porque es un hombre. Las vergas importan, me temo".
La división en el bando de los norteños y la reina del sur parece más evidenciada que nunca. Ya han derrotado a un rival común, pero falta otro. Cersei sigue a sus anchas, mientras sus contrincantes le regalan la victoria. "Puede matarnos Cersei a todos. Resolvería nuestros problemas", dice con ironía Tyrion.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...