Los "milagros" existen

Madrid

Existen varias maneras, varios termómetros para medir la salud cívica y social de un país. Hoy les quiero contar dos historias, una muy turbia y otra muy luminosa, que nos pueden servir. Empiezo por la turbia: una jueza de Canarias ha permitido, por primera vez, que un animal maltratado esté presente en el juicio contra su presunto maltratador. La perra se llama “Milagros” y hace siete años, después de ser atacada por otros perros, sus amos la metieron en una maleta y la echaron al contenedor de basura. Allí pasó casi un día entero, sin apenas poder respirar; al final la rescataron, la acogió una protectora y hoy vuelve a confiar en los seres humanos, que ya tiene mérito. Bueno, las sentencias contra el maltrato animal se han disparado en España; son casi 200 al año. O sea, que no vamos bien, eso seguro, pero al menos algunas de estas barbaridades llegan a los tribunales, incluso alguna persona ha ingresado en prisión por este motivo. Esa es la historia fea.

La otra, la luminosa, la hemos conocido a través de Twitter y ocurrió hace unos días en Madrid. Mujer que queda con una amiga, amiga que no se presenta, que no contesta, qué le pasa, la encuentran en casa, inconsciente, había sufrido un ataque autoinmune que le destrozó el hígado. Traslado urgente al hospital, solo podía salvarse con un trasplante. A las doce horas ya tenía un hígado nuevo y hoy está felizmente recuperada.

¿Qué tenemos aquí? Amistad, alguien que se interesa por otra persona; generosidad, somos el país líder mundial en donación de órganos; y eficacia en el funcionamiento de lo público, con una modélica organización nacional de trasplantes. Ahora que cada uno decida qué le indica el termómetro. A mí, personalmente, me dice que tenemos mucha materia valiosa como para rendirnos ante los que hacen animaladas del tipo que sea y aunque tengan dos patas.