¿Fichar? ¡Fichar de qué...!
Las empresas vuelven a estar obligadas a registrar el inicio y la finalización de la jornada de cada trabajador, que tendrá que volver a fichar

Madrid
Desde hace algún tiempo, los españoles ya sólo usábamos el verbo fichar para hablar de futbolistas y delincuentes. Desde hoy, las empresas vuelven a estar obligadas a registrar el inicio y la finalización de la jornada de cada trabajador, que tendrá que volver a fichar. Se trata, entre otras cosas, de aflorar y documentar las horas extraordinarias que se realizan y no se pagan en nuestro país. Según la última Encuesta de Población Activa, 2,6 millones de horas semanales.
Pero como en España somos así, a pesar de que el decreto lleva publicado dos meses, el día ha llegado entre dudas generalizadas de los trabajadores y ausencia de instrumentos en las empresas para establecer este control. La siempre sincera ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, ha reconocido que, por lo que se ve, “nadie se lo ha tomado en serio”. “Algo muy nuestro”, ha rematado. El problema es que ese nadie es muy inclusivo, porque hasta el propio Congreso de los Diputados, del que emanan las leyes, se ha planteado pedir una prórroga para cumplir esta norma concreta, que es de nota. Esperemos que en el ministerio de Trabajo y en las sedes de la CEOE, de los sindicatos y de los partidos hayan estado más diligentes, para que el ejemplo vaya cundiendo.




