Rosa Villacastín: "La gente agradece que les cuentes cosas que a ellos también les ocurren"

Madrid

La periodista y escritora pone un pedacito de sí misma en cada trabajo. El décimo libro de Rosa Villacastín lleva por título Los años que amamos locamente: amor, sexo y destape en la Transición, una obra editada por Plaza & Janés. "Siempre he pensado", desde que comenzó a escribir con 18 años, "que hay que tener los huevos en diferentes cestas porque es lo que te da independencia y libertad”, le comenta a Macarena Berlín en referencia a tener más de un trabajo en esta profesión que le acompaña desde hace más de 40 años.

Los años que amamos locamente es una crónica de los años 70. Narrado en primera persona, habla del paso del Franquismo a la Democracia: de la Transición española desde una perspectiva política, personal y colectiva. Villacastín posa su mirada en las pequeñas vivencias, para así asomarse a los acontecimientos que marcaron una época. Y es que para su autora, "los grandes acontecimientos ya se han contado", y prosigue con su visión sobre ello, "a veces hay pequeñas cosas que configuran la memoria, que a veces es selectiva".

En este trabajo habla la periodista de situaciones que ella ha vivido, como el destape, algo tan denostado en la época pero que supuso una liberación para la mujer, "nos enseñó mucho, fue como una ventada de aire fresco y aprendíamos cosas que nadie nos explicaba".

La Transición fue una etapa especialmente revolucionaria para las mujeres. Comenta la escritora que Manuel Hidalgo la describía como una España de arte y ensayo. "Era una necesidad de ir abriendo caminos, describiendo cosas", relata la escritora. Para Villacastín, la gran conquista de las mujeres durante la Transición fue la independencia económica. "Cuando la mujer empieza a trabajar, ellos se asustan", sentencia la periodista, quien señala que la Transición fue una época maravillosa, pese a que tenías grandes carencias.

Las dos grandezas de la Transición que la escritora pone de relieve son tanto la voluntad de las diferentes partes políticas por sentarse a hablar como el hecho de que "la sociedad iba por delante, empujaba". Así, fue en la universidad donde Rosa Villacastín adquirió su conciencia social y política, pues en los hogares se vivía bajo un ambiente de silencio. "Es la vida y las circunstancias las que luego se van imponiendo y vas descubriendo lo que pasaba en el país"

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La escritora siempre habla de sí misma en los libros, siendo generosa con el lector. En este reflexiona sobre la educación sentimental y sexual de las mujeres en un periodo específico que ella vivió. "Casi todos los libros que he escrito tienen que ver conmigo", apunta Villacastín. Hay vida después de los 50, Querido imbécil o Si a los sesenta no te duele nada, es que estás muerta, son ejemplo de ello. Así, la periodista sostiene: "Yo creo que la gente agradece, no que seas tú el protagonista, si no que le cuentes cosas que a ellos también les ocurren".