Fuego y chinchetas
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Entrevista Helena Goch

Una lesión de rodilla, un vídeo con 80 visitas en YouTube y una madre Miss Internacional: la historia de Helena Goch

Helena Goch habla de su tercer disco 'Motor y al aire' y de todo el camino recorrido

Helena Goch, presenta su tercer disco 'Motor y al aire' / Intromúsica

Helena Goch, presenta su tercer disco 'Motor y al aire'

Madrid

Pasó de ser 'la chillona' de la televisión valenciana a la que 'canta bonito' del grupo de amigos. Helena Goch relata cómo le ha cambiado la vida mientras paseamos por el mítico barrio de Malasaña en Madrid en busca de una terraza debido al calor que ya se siente en la capital. Aún no se conoce muy bien la zona. Es de Valencia aunque lleva un tiempo, no mucho, viviendo en la Sierra de Madrid para asentarse en su proyecto musical con el que, con su tercer disco Motor y al aire, acaba de construir un bonito tejado donde mirar a las estrellas.

Hace sol, lleva gafas de sol y una muleta porque tiene el tobillo vendado. "Soy súper torpe", confiesa. Esto me teletransporta al inicio de su vida como cantante. Un "accidente maravilloso", así lo cuenta: "Acababa de terminar de trabajar en la tele -era actriz y asegura que la conocían por 'la chillona'- y me lesioné la rodilla. Me costó mucho volver a caminar porque perdí mucha masa muscular y en ese tiempo, no me podía mover del sofá". Justo antes de la lesión, sus amigos le escucharon cantar una canción de The Beatles y le grabaron sin que ella se enterase: "No me solía gustar escucharme hablar, pero al día siguiente escuché la grabación y para mi sorpresa me gustó". Decidió investigar y aprender a tocar un instrumento.

Todo lo que creaba iba a su Facebook hasta que le recomendaron que el canal perfecto era YouTube. "Tenían razón. Gracias a un vídeo con 80 visitas a mi me cambió la vida porque Paula Ortiz vio esa canción y decidió que Perhabs tenía que ser la banda sonora del anuncio de Elsa Pataky para Woman Secret en una campaña de Navidad. Me llamaron un domingo y pensaba que era una broma. Y no lo fue. Fíjate qué cosas. La serendipia de la vida, nunca sabes", recuerda. "Me cambió la vida. Gracias a eso había que hacer un disco, contactar con una discográfica y aquí estoy, hablando sobre mi tercer disco". Y a tocar en la Plaza Mayor de Madrid durante San Isidro.

Más Helena que nunca

Perhabs fue el camino para un primer disco, Little tiny blue men. "Ahí las canciones las decidí yo pero no produje ninguna porque no sabía, no sabía decidir cómo quería que sonaran mis canciones porque no tenía esa visión", explica. En el segundo álbum, La rama dorada, llegó el español. "Fue una sugerencia que me hizo la industria musical. Siempre he escuchado música en inglés, he estudiado en Canadá, el inglés para mi nunca ha sido un idioma extranjero, a veces pienso en inglés, pero es cierto estoy girando en España y a la gente lo que le gusta es entender al instante lo que estás contando. He notado muchísimo el cambio porque la gente se emociona en los conciertos ya no solo por la música sino por la historia que estás contando. Al principio tuve la típica reacción de 'es mi música y yo la escribo como quiero, como si es en inglés o en chino' pero estoy muy contenta de hacer el cambio".

En este segundo LP también entró la electrónica en su música. Uno de los principales motivos es porque "no podía permitirme una banda de cinco personas". Ahora todo cambia. Motor y al aire se nutre de instrumentos mucho más orgánicos y además, Helena Goch lo ha producido junto a Julio de la Rosa. "Quería que que tuviera la emoción de Adele, las guitarras de Kings of León, el sonido de The Lumineers". El salto ha sido sobre todo a nivel de composición pero también en las letras. "Cada vez vas aprendiendo un poco más y es más fácil hablar de cosas que realmente me importan, más que al principio que iba un poco más perdida", añade.

Unas historias mucho más sinceras. Quizás tenga que ver con que acaba de cumplir 32 años, es más madura y se ha ido a vivir a la montaña: "Te cambia muchísimo la perspectiva de la vida. Lo que es y no es importante. De pronto, me parece mucho más entretenido ver a dos pájaros pelearse por un trozo de pan. No he tenido un viaje espiritual pero sí de conocerme a mí misma. Conocer mis oscuridades y al final al explorar todos tus rincones, lo que te da pie a poder escribir letras como mucho más sinceras, no que sean bonitas y ya, sino que signifiquen algo en tu vida". A veces sufres de desamores como bien habla en Despídete de mí o del miedo a la soledad en Así, así y Sujétate fuerte.

"El miedo a la muerte es algo que me ha obsesionado mucho", de eso trata Miedo a la oscuridad, una canción de siete minutos donde Helena se abre en canal e indaga en sus obsesiones. "Me preocupa el final de la existencia. ¿Se va a acabar todo? ¿No va a haber conciencia luego? Me parece muy triste que no haya nada, creo que el universo es mágico, creo que es mágico que lo que nos de la vida sea una bola de fuego flotando, igual ahora estamos al revés y nadie se cae. Sé que todo tiene una explicación científica y estoy muy enterada con eso. De pequeña quería ser de la NASA para poder viajar y luego resulta que me dan miedo los aviones. Es todo muy extraño (risas). Aunque sé que todo tiene su explicación científica y la he leído y esto enterada, me sigue pareciendo muy mágico, que la Luna influya en las mareas, en los ciclos menstruales de la mujer. Entonces me da pena que esto se acabe en algún momento".

Portada del tercer disco de Helena Goch, 'Motor y al aire'

Portada del tercer disco de Helena Goch, 'Motor y al aire' / Intromúsica

Portada del tercer disco de Helena Goch, 'Motor y al aire'

Portada del tercer disco de Helena Goch, 'Motor y al aire' / Intromúsica

Este interés aún no lo ha plasmado en ninguna de sus canciones aunque sí que habla de la Luna y de las estrellas, las cuales mira cada noche durante diez minutos. Mientras confiesa su "locura" por situar el Cinturón de Orión o la Osa Mayor y cómo se "comunica" con ellas, surge la paradoja de que la mayoría de esas estrellas relucientes que ve en el cielo ya están muertas. Muchas de ellas siguen brillando pese a no estar vivas, como muchas veces ocurre con la música. "Supongo que la música es una manera de dejar tu huella e igual dentro de 200 años los hijos de los hijos de mis nietos me escuchen… aunque bueno, igual dentro de 200 años no sé si habrá Tierra", piensa mientras se prepara un cigarro de liar.

El mensaje feminista de su música

Hace un mes Helena Goch fue noticia y no precisamente por su música. Un hilo en Twitter (que podéis encontrar en esta entrevista) explicando la historia de su madre se volvió viral y aplaudido por todo el mundo. Aún recuerda cómo su teléfono ardía a todas horas recibiendo 'likes', 'retweets', comentarios y llamadas de los medios que querían hacerse eco de cómo su madre dejó de lado una vida de éxito -llegó a ser Miss Internacional- para ser profesora. "Es la historia de una mujer que lo tenía todo para poder trabajar y ella lo que quería era sacarse una carrera universitaria. Estaba en el mundo de las misses y modelos, y todo el mundo le decía '¿para qué vas a sacarte una carrera si tienes contratos millonarios?'. Además, era la época del destape, le ofrecían un montón de películas y la verdad que se sentía muy vacía. La gente que tenía alrededor la decía que estaba loca por dejar pasar esta oportunidad pero mi madre ha sido súper feliz siempre habiendo hecho lo que hizo. Es la historia de una mujer que no solo va a ser guapa en su vida, no quiere sentirse así, es mucho más que eso", relata mientras se pregunta "¿qué es el éxito?". "Esa idea preconcebida de que el éxito es la fama, pues no, para mi madre era ser profesora, tener el mismo horario que sus hijas y poder pasar el verano y las vacaciones con ellas. Para mí el éxito es vivir con amor por la vida, despertarme y decir, ‘joder qué bonita es la vida'", añade.

La reina del baile es una canción dedicada precisamente a su madre y que habla de una mujer que es brillante y no sabe todo lo brillante que es. La letra dice, "eres la reina del baile y de todos los demás". "Me apeteció cantarle esto a mi madre para que no se le olvide lo brillante y especial que es", dice mientras esboza una sonrisa.

Pero ese no es el único grito feminista que Helena Goch canta en su tercer álbum. Trece contiene esa frase "quiero ser yo la que diga que no" que bien podría haberse escrito en algún cartel de la manifestación del 8 de marzo que tiñó de morado las calles de España. "He montado una banda en el que somos cinco chicas, es un disco creado por una mujer, grabado por tres mujeres, he girado anteriormente con otras dos mujeres...", lanza su mensaje. Además, confiesa que más de una vez ha notado que se le hablaba “con cierta condescendencia” en alguna prueba de sonido. "Hay muchísimas mujeres haciendo música. Es verdad que se están cambiando las cosas -pueden leer el reportaje que hicimos en Fuego y Chinchetas sobre la presencia de las mujeres en los carteles de los festivales más importantes de nuestro país y lo que piensan sus directores- y hay una corriente de cambio que nos es favorable para las mujeres", explica. 

Una luchadora, y soñadora, en toda regla que ha llegado a recorrerse más de 500 kilómetros para tocar ante seis personas en una sala donde cabían 200. "A la vez que te entristece muchísimo también te enseña. Tienes que salir ahí y defenderlo y creerte la reina. Esas seis personas se merecen ver ese show. Te ayuda muchísimo a no tener expectativas. Todo lo que pase es ganado. Estas seis personas sé que van a salir felices y, la próxima vez que vuelva, van a traer uno más e igual son doce". Una lección que aprendió y que ha visto recompensada con su multitudinaria actuación en San Isidro.

Íñigo Renedo

Íñigo Renedo

Redactor de deportes en la Cadena SER que también forma parte del programa de música indie 'Fuego y...

 
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