El periodismo narrativo de Leila Guerriero
Antonio Rubio y Macarena Berlín se reúnen para hablar de una de las periodistas y escritoras referentes en Latinoamérica, Leila Guerriero
Madrid
Hay que amasar el pan con cansancio, por cansancio, contra el cansancio. Hay que amasar el pan sin humildad, con empeño, con odio, con desprecio, con ferocidad, con saña. Como si todo estuviera al fin por acabarse. Como si todo estuviera al fin por empezar. Hay que amasar el pan para vivir, porque se vive, para seguir viviendo. Escribir. Amasar el pan. No hay diferencia.
Palabras que acarician
11:18
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000005574351/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Palabras que escribía Leila Guerriero. La periodista empezó a escribir hace más de 25 años. Su destreza con las letras ofrece estas "palabras que acarician. No solo te están enseñando el oficio, si no que tienen un contenido poçetico que pesa", subraya Macarena Berlín a Antonio Rubio Campaña, quien destaca la maestría con las letras de la argentina.
"Cuando leemos a Leila leemos a otros muchos autores y autoras, y ella era seguidora de una genial poeta uruguaya como era Idea Vilariño", señala Rubio Campaña, quien recomienda leer no solo a Guerriero, si no también a Vilariño.
Muchos la conocen como autora de grandes entrevistas y crónicas, pero es su destreza con el perfil lo que Antonio Rubio Campaña destaca de ella. Un género del periodismo poco habitual en castellano. "Es más una manera de trabajar de los anglosajones, nosotros el perfil no lo hemos trabajado, sí el obituario, pero no es lo mismo", explica el periodista.
"El perfil está a caballo entre la crónica y el reportaje. Una buena crónica con un buen perfil nos da un buen reportaje". Advierte Rubio el uso del libro como soporte que la periodista realiza "porque considera que el periodismo no es literatura de segunda".
Lo remarcable de su obra y que hacen de esta periodista una profesional destacada en su campo, es su manera de concebir "el periodismo y la vida como si fueran documentales", apunta Rubio. Su estilo, muy centrado en una fuerte construcción de la narrativa, se centra en varias cuestiones, entre ellas: "El periodismo narrativo no es una tarea de escritores frustrados sino una manera de ver la realidad. No es un periodismo de trazo grueso, sino de pincel fino", rescata Rubio.
Y es que para Guerreiro no puede ser comprensible un periodismo de datos, sin historia, sin contexto, la argentina se encarga de "poner nombres y caras a las personas". Su primer libro, Los suicidas del fin del mundo, marca una de sus primeras reflexiones: no hay diferencia entre escribir un libro y una crónica larga. Lo que comenzó como un reportaje de narrativa larga, con un riguroso y extenso trabajo de investigación, se materializó en la escritura de un libro.
Leila Guerriero es paradigma de un periodismo que más allá de contar historias, se preocupa por las protagonistas de ellas. Trabaja en el contexto y con las personas. En palabras de la autora: "lo que convierte al periodismo en literatura es sobre todo que sobreviva al paso del tiempo".