Manuel de Lorenzo: "Lo que no sea invención, se aleja de la literatura"
'Todo lo demás era silencio' la primera ficción del escritor y periodista, Manuel de Lorenzo, donde reflexiona sobre el amor, el destino, el azar y el miedo
Madrid
Manuel Lorenzo, jurista de formación, periodista, guionista y guitarrista del grupo Best Life under your seat, se estrena en el mundo de la literatura con su primer texto largo, Todo lo demás era silencio, editado por Suma. Una novela que nace del desarrollo de una obsesión personal, "cuando escribes sobre lo que te obsesiona, escribes sobre algo que realmente es tuyo".
"No es posible crear ficción de la nada"
20:27
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000005576267/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Para Lorenzo, "la literatura aunque a veces no lo parezca, tiene algo que ver con el arte de inventar historias". Durante su entrevista con Macarena Berlín, explica que se apoya en este argumento para "hacer una distinción entre la ficción pura y otro tipo de textos". Lo considera como un modo de reivindicar la creación, "lo que no sea invención se aleja de la literatura".
Pero matiza, que no es posible "crear ficción de la nada". Y es que su obra tiene el sustento de la realidad, no necesariamente estricta. Su idea de la trama surgió tras preguntarse "¿Cómo será mi vida si me faltaran mis seres queridos, o ocurriese algo que pone mi mundo boca abajo?". La respuesta dice que sólo podría obtenerla a través de "experimentarlo y vivirlo literariamente".
Ante la posibilidad de considerar la literatura como terapéutica, característica que dice el autor siempre haber rechazado, sí confiesa que estableció un vínculo emocional con sus personajes: "La literatura me sirvió para conectar emocionalmente con los personajes que construía. Me acostaba y levantaba pensado en Julián y Lucía".
Todo lo demás era silencio tiene una historia que se desarrolla en diferentes tiempos, "es una novela sobre la relación de uno mismo con el tiempo". Lucía vive atrapada entre el pasado y futuro, "en ningún momento vive la vida como debe ser". El escritor trabaja mucho con los saltos temporales, destaca Berlín, plasma diferentes perspectivas, la convivencia entre la sociedad y el mundo hospitalario: "Están muy claras las entradas y salidas en cada caso, y eso facilita la lectura”, continúa la presentadora.
Lorenzo reconoce que hizo especial hincapié en conseguir una escritura cuyo resultado fuera una lectura muy fluida: "me interesaba mucho alisar todas las frases, que no hubiese baches en la lectura, y que el lector no necesitase salir de la escena". Un trabajo que le llevo muchas semanas y horas de corrección para lograr un relato que sumergiese por completo al lector en la trama, evitando cualquier tipo de distracción.
Destino y azar son dos cuestiones sobre las que reflexionan los personajes de esta obra. "El destino es pensar que lo que va a pasar es seguro y porque sí. El azar propone que para que sucedan hasta las cosas más fortuitas es necesario que todas las piezas encajen".
La historia de Lucía y Julián, pese a tener que afrontar un suceso que les sacude su rutina, está repleta de pequeños contrastes que "hacen de ella una novela triste pero también feliz". Los personajes son capaces de vivir "pequeños momentos que le sirven a Lucía como anclaje vital". El final está recogido en una gran elipsis. A Lorenzo le intrigaba más pensar: "Si uno sabe que su vida está a punto de terminar, ¿qué hará?".