Feo, fuerte y formal: 40 años sin el Duque
Recordamos la carrera y la personalidad de John Wayne, el vaquero más famoso del cine.
Madrid
Su verdadero nombre era Marion Michael Morrison y lo de Duque le venía de la infancia. Resulta que tenía un perrazo al que llamaban el Gran Duque y a él, que siempre iba a su lado, le apodaron “el pequeño Duque”. Lo de “pequeño”, no obstante, pronto quedó atrás. Con su 1’92 de altura y su enorme corpachón estuvo a punto de convertirse en jugador profesional de fútbol americano pero acabó en los platós de cine trabajando como extra y especialista, gracias a su habilidad para montar a caballo. De ahí pasó al departamento de atrezzo donde le conoció John Ford siendo apenas un veinteañero. Fue Ford precisamente quien le dio su primer papel importante en La diligencia e hizo de él una estrella al convertirle en su actor fetiche.
Poco a poco, película a película, su figura fue agigantándose. Un tipo duro pero honesto y con buen corazón del que hacía gala en títulos imprescindibles de la historia del cine como Río Bravo, Hatari, El hombre tranquilo, La taberna del irlandés, El hombre que mató a Liberty Valance o Centauros del desierto. Nadie como él representó la esencia de los Estados Unidos, el hombre que contribuyó a crear la leyenda de una nación. En el 40 aniversario de su fallecimiento repasamos su carrera y analizamos su controvertida personalidad en este reportaje.
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Antonio Martínez
Lleva más de 30 años en la SER hablando de cine y de música. Primero en 'El cine de Lo que yo te diga',...