'El pan de la guerra', la niña que desafía al fanatismo religioso
La directora Nora Twomey aborda en esta cinta de animación el trauma que supuso para los civiles la llegada de los talibanes a Afganistán
Madrid
Nora Twomey, una de las realizadoras, cineastas y animadoras más relevantes del momento, se basa en los libros de Deborah Ellis para una cautivadora película sobre la valentía, la superación y el valor de la familia en Afganistán en tiempos de guerra.
“Cuando era joven había paz, los chicos iban al colegio y las mujeres a la universidad”, así comienza una cinta en la que se retrata la guerra de Kabul, una guerra con la que se perdió el derecho de las mujeres, donde el miedo es algo cotidiano y donde sueñan con paz y libertad.
Parvana es una chica de once años que vive en Kabul durante el periodo de dominio de los talibanes. Al ser su padre detenido, la familia comienza a quedarse sin recursos. Las mujeres estaban fuertemente limitadas a salir de casa, vender o trabajar sin su marido o hermano como acompañante. Es por ello por lo que Parvana decide transformarse en un chico. Así conoce a Deliwar, otra chica que realizó el mismo proceso y es a partir de entonces cuando se convierte en la esperanza de su familia para sobrevivir.
‘El pan de la guerra’ muestra la esperanza de una familia marcada por la tragedia a partir de historias. Historias que les hacen permanecer con ilusión por un futuro con visión al pasado, antes del Golpe de Estado, antes de la invasión que sufrieron y de la Guerra Civil, cuando había libertad y los niños no morían por confundir juguetes con bombas.
La película producida por Angelina Jolie no es únicamente para el público infantil. Es una realidad, de mano de la animación, sobre la vida afgana durante el sometimiento de los talibanes. Es una reflexión sobre el poder de la palabra y de la esperanza hacia el futuro en tiempos desoladores.
El tercer largometraje del estudio Cartoon Saloon ha obtenido nominaciones a la mejor película animada en los Globos de Oro y en los Oscar. Una enriquecedora, emocionante y desgarradora historia con un toque de optimismo que, además, ganó el premio del público en el festival de Annecy.