Influencers: ¿profesión de futuro o burbuja presente?

El universo influencer nos tiene desconcertados. Muchas marcas convocan ya por igual a periodistas, youtubers y blogueros para el lanzamiento de sus productos. Un día nos cuentan que será la profesión del siglo XXI y otro nos hablan del fiasco que se esconde tras muchos de estos personajes. Una información nos cuenta la creación de un máster de influencers y al siguiente conocemos la historia de una estrella de Instagram y de Twitter de nombre Arii, con tres millones de seguidores en ambas redes, que fue incapaz de vender 36 camisetas cuando se lanzó a crear su propia marca textil.

Puede que estemos ante un negocio tan reciente que aún necesite madurar. Quizás las marcas sobrevaloran las cifras que se esconden tras cada celebridad virtual en un mundo en el que los paquetes de seguidores, comentarios y likes pueden comprarse a precio de saldo. O es posible que el enamoramiento de los seguidores por las poses de un personaje se desinfle cuando tienen que aflojar la cartera para comprar el producto que prescriben. Los datos indican que hay 20 millones de influencers en todo el mundo. Y que el pasado año las marcas invirtieron en España 35 millones de euros en hacerse con sus servicios, cuatro veces más que en 2017. Esa es una realidad presente. La pregunta es si además puede que sea una burbuja que estalle en un futuro.