La sempiterna curiosidad de Pedro Sorela
Montse Morata y Antonio Rubio presentan la obra póstuma del periodista, escritor y maestro colombiano: 'Quién crea la noche'
Madrid
Ayer en el estudio de 'Los muchos libros' compartían espacio y charla Macarena Berlín, Antonio Rubio y Montse Morata. Todos compañeros de profesión de Pedro Solera, periodista para El País, y escritor de numerosas novelas y tesis, fallecido el pasado año. Entre miradas, los tres asistentes recordaban a quien reivindicó toda su vida la herramienta esencial del oficio: la mirada de la curiosidad. Y apelaba Rubio: "sin curiosidad, sin atrevimiento, sin investigación, sin inquietud somos personas que no pertenecemos a este oficio".
'Quién crea la noche', la obra póstuma de Pedro Sorela
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Su obra es referente en las escuelas de periodismo y su recuerdo sigue muy patente entre sus alumnos. Montse Morata, discípula y amiga del periodista colombiano que dirigió su tesis doctoral sobre Antoine de Saint-Exupéry rescataba una de las frases de su maestro la grandeza del alma se contagia, "y es lo que Pedro nos contagiaba". Se entregó por entero a la docencia, "Sorela, formaba para poder informar correctamente", recuerda Rubio. Bajo una enseñanza impregnada de principios como la exigencia, el valor y el rigor, explica su alumna, "eran esos valores de la superación que llevan a descubrir a alguien que desconocíamos y que no era otro que nosotros mismos".
Quién crea la noche, libro póstumo del periodista, "en esta obra está destilada toda su esencia, el pensamiento e ideas que fue desarrollando en toda su obra y vida", opina Morata. Para Rubio, Pedro Sorela "en el fondo es un filósofo que utiliza el viaje y la observación de las personas para analizar el mundo en el que estamos". Punto de vista que comparte Morata: "El viaje es una alegoría de la creación y condición misma de la libertad".
Tanto Rubio como Morata coincidieron también a la hora de hablar de la influencias del periodista: "tiene influencias de García Márquez". Sorela estudió los textos escondidos del escritor, sus años difíciles, la juventud y el periodismo.
Por esto y mucho más, la clave de este libro es, como dice Morata, "la creación como infinito, lo lleva al extremo en esta novela".