¿Oposiciones como Dios manda?

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Madrid
El periodista Quim Monzó escribe hoy una columna en La Vanguardia en la que cuenta que en las oposiciones a maestro celebradas el sábado el tribunal hizo una excepción con cuatro aspirantes, miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Como según sus preceptos el sábado no pueden hacer nada hasta la puesta de sol, los opositores fueron recluidos en una sala, bajo vigilancia de un funcionario, hasta que llegó el ocaso y el presidente del tribunal se acercó para examinarlos.
Puede parecer una anécdota, por su excepcionalidad y por el número de afectados, pero nos preguntamos si es normal que un Estado aconfesional tenga que hacer exámenes como Dios manda. Y resulta que sí, que el Tribunal Supremo avaló en 2015 a una adventista gallega a la que no habían permitido examinarse otro día que no fuera sábado, porque se había restringido “injustificadamente” su libertad religiosa reconocida en la Constitución, en la Ley de Libertad Religiosa y en el acuerdo de Cooperación entre el Estado y la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas en el que se recoge concretamente esta excepción. Saber que es así no despeja el desconcierto pero sitúa la polémica fuera del tribunal examinador. Quizás sean las leyes y los acuerdos los que deban ser modificados para eliminar divinas excepciones. O quizás no…
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