La heroína maltratada por su Estado
En 1831, la Sra. Prudence Crandall abrió un colegio para las hijas de las familias adineradas del pueblo de Canterbury, en el estado norteamericano de Connecticut. El colegio iba muy bien hasta que Crandall, que era una mujer de ideas progresistas, decidió aceptar en su colegio a Sarah Harris, la hija de unos vecinos prósperos
Bettmann (Getty Images)
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Algo cambió en 1831 para la Sra. Prudence Crandall cuando aceptó en su colegio a Sarah Harris, la hija de unos vecinos prósperos. El hecho de aceptarla hizo que el resto de las alumnas abandonaran el colegio. ¿Por qué? Pues porqué Sarah Harris era negra.
La heroina maltratada por su Estado
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Y aquí es donde Prudence Crandall demostró ser un ser humano excepcional. En lugar de cerrar su escuela, que estaba esencialmente en bancarrota por falta de alumnado, ella decidió que el internado seria sólo para niñas afroamericanas. Y empezó el curso siguiente con su internado lleno de niñas de Connecticut y de muchos otros estados.
Pero a los vecinos y a las autoridades esto no les pareció una idea tan maravillosa como os puede parecer a vosotros o a mi. En mayo de 1833, el estado de Connecticut pasó una ley llamada “Ley de Negros” que ya con el nombre os podéis imaginar por donde iba: prohibía a los niños negros salir de su estado para recibir una educación.
Aún así, Prudence se negó a cerrar su colegio, y el 27 de junio de 1833 fue arrestada por ello. Pese a que al final fue liberada, su colegio no dejó de ser arrasado por los vecinos, que se dedicaban a apedrear a sus alumnas y que incluso llegaron a asaltar el edificio y a destrozar todo lo que pudieron. Sufriendo por la integridad de sus alumnas, Prudence al final se vio obligada a cerrar el internado.
No deja de ser una ironía que ese mismo estado de Connecticut la designara en el año 2006 como la heroína oficial del estado.
