Una idea estrecha de la libertad de expresión

Barcelona

La capitana Carola Rockete saca los colores a Europa al desafiar a Salvini y llevar a 42 imigrantes rescatados del mar hasta un puerto italiano, en la isla de Lampedusa. Con la arrogancia y el desprecio que le caracterizan, Salvini le ha recordado que pasar un semáforo en rojo tiene consecuencias. De momento, Rockete nos recuerda tres cosas: que salvar a personas en situación de extremo peligro es un deber universal, que el comportamiento de Europa en el Mediterráneo dando crédito a gobiernos como el de Libia incapaces de garantizar derechos básicos es deplorable y que es una vergüenza que los dirigentes europeos hayan dejado que Salvini se convierta en el faro de las políticas antiinmigración. Todos ellos son responsables de los desastres humanitarios que se niegan a reconocer. Y no por esconderse detrás de las fanfarronerías de Salvini dejan de serlo.

Otegi es el líder de un partido político con representación parlamentaria. Un personaje que no ha sido irrelevante por distintos motivos en la historia reciente de este país. TVE le ha entrevistado. Lo que puede responder perfectamente a criterios de interés periodístico. Entre otras cosas porque el voto de Bildu puede tener un papel en la investidura. La derecha clama al cielo, confirmando una vez más que tiene una idea muy estrecha de lo que es la libertad de expresión. A mí me indignan algunos argumentos de Otegi, como me molestan la exhibiciones fóbicas y reaccionarias de Vox y parte de la derecha. Pero las aguanto porque forma parte del precio de la libertad. Cada vez que se prohíbe hablar a alguien, estamos más cerca de que nos prohíban hablar a todos.

Parece que, en política, el cinismo no tiene fronteras. Ciudadanos, a través de Aguado, pide al PSOE, cuyo candidato, Ángel Gabilondo, llegó en primer lugar, que se abstenga para salvar la investidura del presidente de la Comunidad de Madrid sin Vox. Pero, al mismo tiempo, niega a los socialistas cualquier posibilidad de que Ciudadanos corresponda con un gesto equivalente para resolver la investidura del presidente Sánchez. Así cualquiera.