"La palabra de la mujer se pone en duda hasta que aparece una prueba con la que no se puede mirar a otro lado"

Madrid

Una teniente de la base de Alcantarilla en Murcia, ya en la reserva, ha sido condenado a 6 años y medio de cárcel y a indemnizar con más de cien mil euros a una soldado por acoso y abuso sexual durante un año y medio. El mando llegó a masturbarse delante de la militar y ella tuvo que hacer una fotografía de su jefe con el pene fuera del pantalón para que sus superiores creyeran sus denuncias.

En La Ventana hemos hablado con Teresa Franco, militar en servicios especiales -que viene a ser dejar el ejército- y concejala del PSOE en la ciudad de Murcia. Franco conocía tanto a la víctima como al agresor pero no trabajaba en la misma unidad que ellos y se enteró del caso a través de los medios. Era la representante de igualdad y de la mujer en la Asociación Unificada de Militares Españoles pero la víctima no acudió a la asociación.

Aunque no acudió a Franco sí que denunció el acoso a sus superiores sin mucha suerte: "Cuando una víctima -suelen ser mujeres- se ven sometidas a esta situación, nuestro estamento -las fuerzas armadas- son un mundo muy opaco".

Franco explica, además, que dentro del ejército existe la idea de que estos casos manchan la institución militar; y ella insiste en que no son los casos los que lo manchan sino los acosadores y quienes les defienden.

Sobre el voto particular de un miembro del tribunal que propone absolver al teniente por apreciar "incoherencias en las declaraciones de algunos testigos y también por su trayectoria profesional intachable y de más de 30 años de servicio"; Franco subraya que demuestra la falta de formación que existe en perspectiva de género en el ejército: "Son votos particulares que son machistas desde mi punto de vista". "Al ejército le hace falta creerse que la tolerancia cero es tolerancia cero", señala.

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Y sobre todo el tiempo que le llevó a la víctima convencer a sus superiores de la situación de acoso que estaba sufriendo; que no terminó hasta que grabó lo que ocurría; Franco se muestra contundente: "La palabra de la mujer siempre se pone en duda hasta que aparece una prueba con la que no se puede mirar a otro lado".

Además recuerda que este caso ha sido juzgado por un tribunal militar y cree que no debería ser así: "La justicia ordinaria es la que debería ocuparse de este tipo de delitos" que, explica, no tienen nada que ver con el ejército ni con sus particularidades, ya que se trata de casos de acoso que -cree- se deberían de tratar de igual manera ya los sufra alguien en el ejército o un civil.