¿Cómo regulan otras ciudades europeas el tráfico?
Este sábado se celebra una manifestación en Madrid para intentar que 'Madrid Central' no quede sin efecto. En pleno debate sobre la regulación del tráfico en el centro de la ciudad, hemos analizado cómo otras capitales europeas regulan los vehículos. La mayoría de ciudades cuenta con alguna normativa para eliminar la contaminación en los centros urbanos
¿Cómo regulan otras ciudades europeas el tráfico?
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Madrid
La paralización de Madrid Central, a partir del próximo 1 de julio por orden del nuevo alcalde del PP en Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha reabierto el debate de la movilidad en la capital de España. Un debate que, en realidad, nunca se ha cerrado en un año marcado por la puesta en marcha de planes, normativas y medidas anticontaminación en algunas ciudades del país. Pero no solo en España, la regulación del tráfico es un tema que, tarde o temprano, gran parte de las ciudades europeas está abordando. Analizamos qué tipos de medidas se han tomado en otras capitales europeas y si tiene sentido revertir Madrid Central.
“El problema es que los coches son un transporte muy poco eficiente”, explica Patxi Lamiquiz, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid y experto en movilidad sostenible. “Van muy vacíos, tienen una ocupación media de 1,3 pasajeras y ocupan muchísimo espacio. Hay que gestionar qué coches pueden y qué coches no pueden acceder al centro”, cuenta. En un periodo relativamente corto de tiempo, en las ciudades se han multiplicado las opciones de transporte. En el caso de Madrid, cualquier usuario puede llegar al centro de la ciudad en autobús, cercanías, metro, taxis, VTC, bicicletas, motocicletas eléctricas, patinetes y coches de alquiler por minuto.
La gran incógnita surge, sin embargo, en cómo regular la cantidad de coches particulares en circulación. En Europa destacan algunos planes de movilidad por su antigüedad. Concretamente, tres ciudades europeas fueron pioneras en preocuparse por el desarrollo de las ciudades sostenibles:
La capital británica tiene la Zona de Bajas Emisiones (LEZ) que ocupa unos 1.572 kilómetros cuadradros. Un área que equivale a casi tres veces la ciudad de Madrid; es decir, la LEZ londinese es 336 veces mayor que el área que ocupa Madrid Central. Está activa las 24 horas del día y se implantó en 2008 junto a una Tasa de Congestión en la zona central de la ciudad. Al acceder al centro, los conductores deben pagar un peaje de unas 20 libras al día. Además, el pasado mes de abril Londres fue un paso más allá y creó la Zona de Emisiones Ultra Bajas (ULEZ) que ha restringido aún más la categoría de los vehículos aptos para entrar en este espacio. En 2021 esta zona pretende seguir ampliándose.
Fue una de las primeras ciudades en implantar el sistema de etiquetado en los automóviles. Desde 2008 también se introdujo un área medioambiental de 88 kilómetros cuadrados donde solo se puede circular con un coche que luzca un distintivo verde. Un distintivo que reciben los vehículos cuyo estándar de emisión corresponde a Euro 4 o superior —un etiquetado de la Unión Europea. Además, el caso de Alemania es excepcional porque no solo se trata de su capital, sino que 70 ciudades más del país exigen estas pegatinas en los vehículos para entrar al centro de la ciudad.
Es uno de los ejemplos más claros de buena práctica de movilidad urbana. Aplica varias soluciones a la vez y, además, fue la pionera en poner en marcha el Plan de Desarrollo de la Ciudad en 1946. Copenhague crece a lo largo de las estaciones de tren, en lugar de a lo largo de las carreteras. En 1963 peatonalizó una de las calles que podría ser similar a la de Gran Vía, lo que ha hecho que también se dedique mucho espacio de su red viaria a las bicicletas. De hecho, en la actualidad tiene un porcentaje de bicicletas más alto que el de las ciudades Holandesas. Y todo esto acompañado de un plan para fomentar el transporte público.
Pero estas tres ciudades no son las únicas. "Hemos recopilado qué ciudades estaban tomando medidas contra la contaminación del tráfico y son más de 200 ejemplos. Peajes urbanos como los de Londres o Estocolmo; zonas libres de tráfico o zonas peatonalizadas como las de Vitoria o Pontevedra; o zonas que restringen la entrada a vehículos contaminantes que es el caso de Madrid Central", explica Adrián Fernández, portavoz de Greenpeace.
Muchas ciudades utilizan el sistema del etiquetado. Por ejemplo sucede en París, donde el Gobierno francés en 2017 implantó la pegatina medioambiental de distintos colores en función de sus emisiones, de manera que los vehículos limpios llevan una pegatina verde, mientras que el resto tendrá distintivos en otros colores que irán del 1 al 5. También París ha cerrado al tráfico en vías por la ribera del río Sena y desde 2016 se han introducido las Zonas de Bajas Emisiones (ZFE). A esto se suma que cuando hay episodios altos de contaminación el tráfico queda aún más restringido. El objetivo de la ciudad es que en 2030 solo puedan circular por esta zona los vehículos nuevos.
En Bélgica, desde 2017 se han establecido zonas medioambientales denominadas LEZ (Low Emision Zone) que requieren de una inscripción previa en el registro de cada vehículo antes de entrar en cada una de ellas. En caso de que la etiqueta sea de las más antiguas, se requiere el pago adicional de un ticket ambiental.
Roma también presenta varias zonas de tráfico limitado con diferentes horarios y condiciones. La llamada ‘Zona Traffico Limitato’ es, como en Madrid, solo el centro de la ciudad y está activa de seis de la mañana a seis de la tarde de lunes a viernes. El resto del tiempo la circulación es libre. La más restrictiva es la del centro: cerrada hasta las 18:00 de lunes a viernes.
El ejemplo español
Más allá de Madrid Central otras ciudades españolas están realizando normativas y destaca, especialmente Vitoria. Allí, el Ayuntamiento elaboró en 2007 un Plan de Movilidad Sostenible y Espacio Público que se prevé desarrollar hasta el 2023. Se han disminuido la cantidad de carriles en Gasteiz. y se ha convertido en lo que llaman 'Green street'. Solo en 2018 la ciudad aumentó un 2,1% el número de pasajeros que utilizaban el transporte público, con un total de 14,5 millones de personas usuarias. En 2018, el 76% de los días se registró buena o muy buena calidad del aire, según datos del Ayuntamiento.
Destaca la iniciativa denominada Anillo Verde, que es el conjunto de parques urbanos que se han enlazados estratégicamente. El resultado es un la introducción de zonas verdes que otorgan a Victoria-Gasteiz un alto valor social y recreativo.
En 2012 la ciudad fue galardonada con el premio 'European Green Capital' que la Comisión Europea da cada año para reconocer a las ciudades que mejor se ocupan del medio ambiente y del entorno. Ha sido la única vez que una ciudad española ha ganado este premio.
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