Las pruebas nucleares francesas
Aunque la posibilidad de una guerra nuclear es bastante remota, sobre todo porque probablemente conllevaría el fin de la vida humana en la Tierra, eso no ha impedido que distintos gobiernos hayan acabado con otras formas de vida del planeta con estas bombas, haciendo pruebas en lugares tan remotos como valiosos ecológicamente
España
Si es improbable que haya una guerra nuclear, aún parece más remota la posibilidad de que uno de los participantes en esa contienda fuese el estado francés. Pero eso no ha evitado que nuestros vecinos hayan hecho más de 200 tests nucleares. Que básicamente quiere decir tirar una bomba nuclear en un sitio que esté bien lejos de Francia. Uno de sus sitios favoritos de destrucción inútil era el atolón de Mururoa, un sitio previamente idílico del Océano Pacífico.
Las pruebas nucleares francesas
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A Greenpeace, una organización que surgió en los años setenta para luchar por la preservación del planeta, evidentemente no le parecía nada bien el entusiasmo nuclear de los gobiernos franceses. Y lo pagó muy caro un 10 de julio de 1985. Ese día, el barco insignia de la organización, el Rainbow Warrior, se dirigía hacia Mururoa para impedir una nueva ronda de bombardeos. El gobierno francés, que no quería que unos hippies estropearan sus juegos de guerra, envió un grupo de agentes especiales para hundir el barco. Y no sólo lo hundieron, sino que un miembro de Greenpeace, Fernando Pereira, murió cuando lo hicieron.
Mitterrand, el Presidente francés, inicialmente salió diciendo que ellos no tenían nada que ver con el hundimiento, y que “Francia no se comportaba así”. Cuando el Gobierno de Nueva Zelanda detuvo a los perpetradores, el mundo no tardó en darse cuenta de que Francia sí que actuaba así. Y no sólo eso, siguió haciendo sus pruebas nucleares en Mururoa unos diez años más.
Así que hoy podéis levantaros orgullosos, porqué en España haremos muchas cosas mal, pero por suerte ninguna de ellas implica el uso indiscriminado de bombas nucleares.