Antonio Rubio: periodismo honesto y lectura incansable
Durante la temporada recuperó la importancia del libro como herramienta principal en la formación periodística
Madrid
Desde la primera emisión del programa, cinco de octubre, aprendimos que a través de un estudio de radio podíamos viajar en el tiempo para conocer una profesión en constante cambio. Antonio Rubio, periodista, editor, coordinador de colecciones en Libros.com, doctor y profesor universitario, ha sido nuestra guía en el siglo XIX, XX y XIX, de un camino marcado por el "sentir, ver, contrastar, contar y denunciar".
Antonio Rubio: "Una redacción donde no hay ruido es una redacción muerta"
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Con Kapuscinski en la línea de salida, arrancó esta sección de periodismo y literatura en la que se ha tratado un oficio que exige "tiempo, dedicación, cariño y cercanía". Una labor que empezaba por "mancharse los zapatos", recupera Rubio del maestro Pío Baroja.
Un "periodismo intencional" rescata Macarena Berlín, en el que "queríamos que quedara muy claro que el libro es el soporte donde se encuentra el periodismo, el más interesante y desde luego el más férreo para los nuevos tiempos que corren". Para ello Rubio dispuso la bibliografía de una ristra de autores y periodistas como Manuel Alcántara cuya labor consagró a la producción de "un periodismo de conciencia que sirva para que la gente piense".
En esta temporada, siempre nos ha acompañado las palabras de García Márquez, para Rubio la base de todo, tanto para ficción como no ficción: "Hay que hacer la inmersión para poder contar realmente lo que es. Los datos e investigación contrastada son básicos para hacer un libro". Y termina con Camus: "La investigación ayuda darle credibilidad a las cosas".
De los 35 autores que han transitado esta aventura periodística-literaria, formada por 22 hombres y 13 mujeres, que "no cuentan las historias de los grandes héroes, sino de los hombres y mujeres pequeñas. La historia de los pueblos están ahí realmente"; se ha estudiado y analizado de cerca los hechos y las formas en todos sus géneros narrativos, desde el ensayo o la novela, hasta la poesía. Y hemos realizado lecturas de grandes reportajes novelados, donde los autores oscilaban entre la faceta del escritor y el reportero.
Un periodismo que también hemos explorado desde la docencia, con profesionales como Pedro Sorela. Una enseñanza basada en formar para informar. Un dominio profesional que requiere tiempo y muchas dosis de curiosidad e inquietud. En palabras de Pío Baroja: "Salir a la calle y escuchar a aquellos otros que pasaron por delante y nos pueden enseñar determinadas cuestiones". Una comunicación fluida, que como destaca Rubio, es la herramienta esencial: "Una redacción en la que no hay ruido, es una redacción muerta".
Entre las escritoras, nos paramos con emotividad en un nombre: Monserrat Roig. Periodista y gran amiga de Rubio, precursora de la recuperación de la Memoria histórica. "Me edito el primer libro que escribí Quini, del secuestro a la libertad . Por la mañana desayunábamos y yo le iba a entregando el trabajo diario que había hecho…".
Una sección que, además, ha compartido con Fran Pastor, donde la diversidad ha estado servida por su divergencia entre la postura más literaria de uno, y la periodística del otro. Hubo debates sobresalientes como el del género de la columna con el que Pastor reconoce "tener una relación tortuosa". Ambos llegaron a la conclusión de que la columna era el género del periodismo que más se parecía a la literatura, y en el que "todos los opinadores acaban cayendo en el juego de los políticos", explica Pastor poniendo de ejemplo el suceso de Bescansa con su bebé en el Congreso. Manuel Alcántara, Javier Cercas, Jabois, Leila Guerriero, Elvira Lindo, entre otros sirvieron de referencia para "resaltar la importancia y la fuerza de concienciación de la columna en temas como la Memoria histórica".
Sería muy difícil quedarse sólo con una única enseñanza de quien ha puesto a disposición de todos los oyentes una multiplicidad de herramientas que no hacen otra cosa que dar la posibilidad de observar y preguntarse. Quizás la única respuesta, por simple que parezca, esté en lo que Rubio repite a diario a sus alumnos: hay que leer, leer y leer…