En política, a veces, la veteranía es un grado
Josep Ramoneda reflexiona sobre la consulta de Unidas Podemos a sus bases para una posible investidura y sobre la táctica del PSC en sus pactos a nivel municipal
En política, a veces, la veteranía es un grado
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Barcelona
Una pieza más en el juego de disparates de la investidura. Podemos anuncia que consultará a sus afiliados si prefieren “un acuerdo íntegro de gobierno de coalición o un gobierno diseñado únicamente por el PSOE”. Es una pregunta retórica que no lleva a ninguna parte, salvo al fracaso. Retórica, porque solo puede tener una respuesta. E inútil porque no sirve ni siquiera para presionar a Sánchez. Los dirigentes están para resolver las situaciones complicadas, no para quitarse las responsabilidades de encima. Se equivoca Iglesias si pretende trasladar a los militantes la culpa de su fiasco.
Dice Pedro Sánchez que está dispuesto a valorar todos los escenarios, ¿Cuáles? Hay dos: gobierno a la izquierda con Podemos y apoyos varios o repetición de elecciones. Y sobre estas dos hipótesis hay que trabajar ¿No es capaz Pedro Sánchez de proponer un plan de reformas que motive a todos aquellos que se sienten ajenos al tripartito de la derecha?
Que aprenda el PSOE de sus primos hermanos del PSC. Han capitalizado espectacularmente en forma de poder municipal la recuperación experimentada en las últimas elecciones. Dejando de lado las líneas rojas, buscando alianzas transversales y trabando pactos muy concretos. Y así han conseguido, por ejemplo, estar en el gobierno de la Diputación y del Ayuntamiento de Barcelona con acuerdos con socios variables que han dejado al independentismo en evidencia. En política, a veces, la veteranía es un grado.
Oído a un dirigente independentista catalán. El acuerdo de socialistas y Junts per Cataluña en la Diputación de Barcelona confirma la urgencia que tiene el independentismo de cambiar de rumbo y romper su aislamiento. De lo contrario la derrota táctica de 2017 va camino de convertirse en derrota estratégica.