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Laurence Olivier, el dios de la actuación

El 11 de julio se han cumplido 30 años del fallecimiento del actor inglés, uno de los intérpretes más notables de la historia del cine y el teatro.

Con Alfred Hitchcock y Joan Fontaine durante el rodaje de "Rebeca"

Madrid

Spencer Tracy decía de él que era el mejor de todos. Y no era el único. Críticos y compañeros le consideraban el dios de la actuación. Además tuvo una pequeña carrera como director nada desdeñable. Olivier dirigió en el cine tres de las mejores adaptaciones que se han hecho de la obra de Shakespeare. Y si lo logró fue porque a su gran experiencia como intérprete teatral añadió el conocimiento de las técnicas cinematográficas que adquirió a su paso por Hollywood.

Laurence Olivier, el dios de la actuación

11:00

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Laurence Olivier consideraba el cine como un arte menor y durante el rodaje de Cumbres borrascosas (1939) estuvo al principio altivo y arrogante hasta que entabló amistad con el director, William Wyler, que le introdujo en los secretos del medio. Había cruzado el Atlántico de la mano de Vivien Leigh, con la que vivía un romance todavía reciente y la pareja no tardó en meterse Hollywood en el bolsillo. Ella, que llegaba en calidad de acompañante, se hizo con el papel femenino más anhelado del momento: la Scarlett O’Hara de Lo que el viento se llevó. Él, después de Cumbres borrascosas, consiguió otro gran éxito a las órdenes de su compatriota Alfred Hitchcock, como protagonista de Rebeca (1940). Eran apreciados y envidiados, pero, contra todo pronóstico, Olivier decidió que su vocación no era la de estrella de cine. Dio portazo a Hollywood, y Vivien, enamorada, le siguió. Se casaron en California e interpretando Romeo y Julieta emprendieron una gira teatral por todo el país que les arruinó. Volvieron entonces a Inglaterra, y allí, en plena guerra mundial, se fraguó la trilogía shakespeariana de Laurence Olivier.

Al actor le encargaron que montara una versión cinematográfica de Enrique V, una obra muy patriótica que debía de servir para levantar la moral de los británicos en plena guerra. Como no encontraba ningún director que se hiciera cargo del proyecto, hizo caso del consejo que le había dado su amigo William Wyler: «Hazlo tú mismo.» Y, como le salió bien, volvería a repetir con Hamlet (1948) y Ricardo III (1956), versiones que también dirigió y protagonizó.

El matrimonio entre Laurence Olivier y Vivien Leigh fue, poco a poco, descomponiéndose debido a los problemas psiquiátricos de la actriz. Se divorciaron en 1961. Él se volvió a casar con la actriz Joan Plowright pero ambos siguieron manteniendo una tierna correspondencia hasta la muerte de la actriz y Olivier siempre conservó un retrato suyo en la mesilla de noche.

Con Hamlet Olivier ganó un Oscar al mejor actor. Él, que había renunciado a Hollywood vio como se le abrían de par en par las puertas del cine americano para que entrara cuando quisiera a darle un toque de prestigio y distinción a las películas en las que intervenía. Le vimos por ejemplo en Espartaco (1960), en Kartum (1966) o en Las sandalias del pescador (1968). Fue un nazi sádico que torturaba a Dustin Hoffman en Marathon Man (1976) y mantuvo un mano a mano inolvidable con Michael Caine en La huella (1972). A pesar de sufrir un cáncer de próstata que le acompañó casi dos décadas siguió sobre los escenarios y en los platós hasta casi el final de su vida.

Laurence Olivier fue nominado al Oscar 13 veces y lo ganó en dos ocasiones, uno por Hamlet y otro honorífico por toda su carrera. En 1947 había sido nombrado Sir, siendo el actor más joven que recibía ese honor y en 1971 le concedieron el título de Lord. Sus compañeros le veían como un clásico en vida, un mito que muchos consideraban que se movía un escalón por encima del nivel de los demás. No es extraño que en una de sus últimas películas, Furia de titanes, le reservaran en papel de Zeus. Murió el 11 de julo de 1989 a los 82 años de edad. Fue enterrado en la Abadía de Westminster junto a las glorias nacionales. Y entonces todos, compañeros y críticos, volvieron a decir lo que en su día ya había dicho Spencer Tracy: que Laurence Olivier había sido el mejor.

 

Antonio Martínez

Antonio Martínez

Lleva más de 30 años en la SER hablando de cine y de música. Primero en 'El cine de Lo que yo te diga',...

 
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