El escollo es Cataluña e Iglesias la coartada
Josep Ramoneda reflexiona sobre las palabras de Pedro Sánchez, la situación tras la segunda investidura fallida en La Rioja y los últimos ataques racistas de Donald Trump
El escollo es Cataluña e Iglesias la coartada
01:39
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000005648379/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Barcelona
En este esperpéntico espectáculo en que se está convirtiendo la investidura del Presidente del Gobierno estamos ya en el penoso estadio de las cuestiones personales. El principal escollo, dice Pedro Sánchez, es Pablo Iglesias. Y repite dos argumentos ya conocidos: “No puedo meter en el gobierno a alguien que desconfía de mí”. Y no hay acuerdo en cuestiones de Estado, afirmación que siempre acompaña de un mismo ejemplo: “Pablo Iglesias habla de presos políticos y yo necesito un vicepresidente que defienda la democracia española”. O sea que en realidad el escollo es Cataluña e Iglesias la coartada. ¿Qué teme Pedro Sánchez? En política, la inseguridad se traduce en un déficit manifiesto de autoridad que puede conducir a la pérdida del control de los tiempos y, por tanto, de la iniciativa.
Raquel Romero, la única diputada de Podemos en La Rioja, vuelve a votar contra los socialistas y deja la investidura dos meses flotando, porque no le han prometido un lugar en el gobierno. Raquel Romero impide así que se ponga fin a una larga hegemonía de la derecha. Bingo. No sé que es más lamentable: que Raquel obedezca órdenes de Madrid en la pelea por la investidura de Sánchez, como algunos sospechan, o, que su gesto sea simplemente una espontánea manifestación más de la eterna querencia de cierta izquierda por el heroísmo de la derrota. Miseria de la politiquería.
El pensamiento reaccionario sigue triunfando en Estados Unidos. Al grito de ¡mándala de vuelta! El partido republicano asume el racismo y la xenofobia como banderas de la campaña de reelección de Trump. ¿No hay liberales en la derecha americana? ¿O su único liberalismo es el económico y se montan sobre el odio diferente como chivo expiatorio del malestar de un capitalismo sin control? ¿Es posible construir el futuro desde el regreso al pasado?