Paco Carreras

Francesc de Carreras no figuraba en la dirección orgánica de Ciudadanos. Pero su baja como militante, conocida ayer, reviste mucha más gravedad que si fuera la escapada de cualquier otro dirigente. Porque Paco Carreras, históricamente Paco antes que Francesc, lo era todo para ese partido. Era el intelectual fundador. Con mayúscula, porque el resto eran profesionales de la literatura, del teatro, del periodismo... Pero intelectual con mayúsculas, con una cosmovisión, con una idea del país y del partido, con una capacidad de reflexionar y de modular estrategias, con una poderosa influencia personal, de relacionar, de atraer y de innovar, solo estaba De Carreras.

Con esta y las bajas anteriores, Ciudadanos se circunscribe a ser un partido de fibra sintética, de consultores y de manual declarativo.

Así que era, en suma, el alma del partido. Y además, era el profe, el descubridor, el patrocinador, el patriarca y el Pigmalión de su líder único y cada vez único, Albert Rivera.

La causa de la frustración de Paco Carreras es la de tantos otros: Rivera ha colocado el cordón sanitario al Partido Socialista Obrero Español como si fuera enemigo de la Constitución, en vez de a la ultraderecha, con la que coquetea cada vez menos clandestinamente. Y así le va.