Botella y Mariscal

La ex alcaldesa Ana Botella y otros ex directivos del Ayuntamiento de Madrid fueron condenados por el Tribunal de Cuentas. Porque saqueaban a los pobres para beneficiar a los ricos. Vendieron al fondo buitre Blackstone 5.315 pisos de protección pública municipal. A un precio de derribo, por partida triple. O sea: “inferior al jurídicamente exigible”. Inferior al valor catastral de los inmuebles. Inferior al que debían haber abonado los arrendatarios en el ejercicio de su derecho a opción de compra.

Se les condenó a devolver 22,5 millones de euros al patrimonio público.

Ahora la instancia superior del mismo tribunal les absuelve. Nada que objetar. Salvo porque una de sus componentes es Margarita Mariscal de Gante, exministra de Josemari Aznar, marido de Botella. Mariscal debió haberse abstenido de intervenir en el caso, por manifiesta parcialidad. No lo ha hecho. Es un escándalo.

Pero todavía lo es más que momento nadie la persiga por presunta prevaricación. La señora Mariscal debe compartir la visión de la justicia de su papá Jaime Mariscal, quien fue policía de la dictadura y juez del inquisitorial Tribunal de Orden Público fascista, en sí mismo una prevaricación. Parece que la fiscalía no quiere recurrir. ¿Dónde está la Fiscalía general del Estado?