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Un mal día lo tiene cualquiera

Un pueblo con muy mala fama

Hay pueblos españoles que son famosos por haber visto nacer a un futbolista o un director de cine, como Fuentealbilla o Calzada de Calatrava. En el otro lado del espectro de la fama están los pueblos que todos recordamos por hechos atroces

Flores (EFE)

España

Hoy hablamos de cómo entró en el imaginario colectivo un pueblo que tiene un nombre que parecía destinado a ganar -mala- fama: Puerto Hurraco. Hoy hace 29 años que los hermanos Emilio y Antonio Izquierdo se despidieron de sus hermanas Ángela y Luciana, diciendo “Vamos a cazar tórtolas”. Y, efectivamente, iban vestidos y equipados para cazar.

Un pueblo con muy mala fama

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Veintitrés años antes, la familia Izquierdo había tenido una disputa territorial con la familia Cabanillas. Además, Amadeo Cabanillas había rechazado a Luciana Izquierdo después de compartir un enamoramiento inicial. Jerónimo Izquierdo, el hermano mayor de Luciana, vengó esta afrenta matando a Amadeo. La madre de los Izquierdo murió diecisiete años después en un sospechoso incendio. Jerónimo, nada más salir de la cárcel, intentó liquidar a Antonio, otro Cabanillas, al que consideraba sospechoso de tener algo que ver con la muerte de su madre. No lo consiguió y fue ingresado en un sanatorio mental, donde murió poco después. Así que para los otros hermanos Izquierdo, la muerte de su madre había sido un asesinato y estaba por vengar.

El 26 de agosto de 1990, Emilio y Antonio Izquierdo se dispusieron a solucionar este agravio. Fueron a la parte de Puerto Hurraco donde sabían que encontrarían a los Cabanillas, abrieron fuego y acabaron disparando contra cualquiera que se cruzara con ellos. Mataron a nueve personas, entre ellas dos niñas de la familia Cabanillas de 13 y 14 años. Los dos hermanos dispararon también a los agentes de la Guardia Civil que acudieron al lugar del tiroteo, hiriéndolos de gravedad. La misma Guardia Civil los encontró poco después de la masacre durmiendo en un monte cercano. Entonces, los hermanos dijeron que “Si no nos hubieran detenido habríamos vuelto al pueblo a dispararles durante el entierro de los muertos”.

A día de hoy, tanto los autores físicos de la masacre como sus hermanas, que se cree que participaron en la elaboración del macabro plan, están ya muertos. Lo que no creo que muera nunca, para desgracia de sus habitantes, es la asociación del pueblo con la crónica negra de España.

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