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¿Qué está pasando en la Amazonía?

Más de 76.620 fuegos han quemado la Amazonía en lo que va de año, pero todavía es pronto para saber si 2019 batirá el récord de deforestación

Muchos ecologistas explican que el peligro está en que las políticas del presidente, Jair Bolsonaro, no solo no ayudan al cambio climático, sino que agravan la situación

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Madrid

Los incendios que se expanden en la Amazonía, especialmente en Brasil pero también en Bolivia, han disparado esta semana todas las alarmas por la importancia medioambiental del que es considerado el mayor pulmón vegetal del mundo. El Instituto Nacional de Investigación (INPE) de Brasil ha detectado más de 76.620 focos en lo que va de año, casi el doble que en el mismo periodo de 2018, que hubo 41.400. Aunque la cifra no está tan alejada de los 70.625 registrados en 2016, por lo que todavía es pronto para saber si este año se batirá el récord o no. El problema que muchos ecologistas señalan es que las políticas del Gobierno del presidente, Jair Bolsonaro, no solo no ayudan a frenar esta situación, sino que la agrava.  

Brasil tiene el 60% de esta selva que es uno de los puntos clave en la tierra para frenar el cambio climático. Solo en julio de 2019 se deforestaron 1.287 metros cuadrados de superficie, frente a los 777 del mismo mes de 2018. El número de incendios suele aumentar a partir de julio, cuando muchas personas utilizan el fuego para despejar la selva y empezar a cultivar o mantener sus pastos, y empiezan a desaparecer entre septiembre y noviembre.

“Nosotros teníamos la meta para 2020 de bajar la deforestación en la Amazonía del 80% y eso no se va a cumplir, seguro”, explica Claudio Ángelo, miembro del Observatorio del Clima de Brasil. Esta semana el presidente brasileño ha reculado, después de decir el miércoles que la culpa de los incendios podría ser de las ONG, la presión internacional ha hecho que Bolsonaro movilice al ejército para intentar sofocar los fuegos. Pero en estos ocho meses de poder, Bolsonaro ha dejado claro que le interesa más exprimir los recursos como potencia agrícola de su país que proteger uno de los pulmones del planeta. “Los productores, ganaderos y criminales ambientales están empoderados por los discursos y todo lo que ha hecho el Gobierno hasta ahora”, cuenta Ángelo. Además, se sienten más impunes porque el número de sanciones por estos fuegos ilegales ha descendido notablemente: “En 7 meses de Gobierno las multas han caído un 15%”. 

Su ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, es un negacionista del cambio climático y su ministro de Medio Ambiente, Ricardo de Aquino Salles, no es negacionista, pero niega las causas humanas del fenómeno. Además, la ministra de Agricultura, Tereza Cristina Dias, no ha declarado nuevas áreas de protección en la selva, tampoco nuevas tierras indígenas y ha puesto en duda las cifras de la deforestación proporcionadas por las instituciones públicas.

A principios de agosto, Bolsonaro destituía a Ricardo Magnus Osorio, director del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, el órgano responsable de supervisar y divulgar los datos sobre la deforestación en Brasil por una supuesta “pérdida de confianza”. Según el INPE la devastación de la selva tropical aumentó un 88,4% en junio de este año.

PUEBLOS INDÍGENAS 

La deforestación trae consigo otro problema importante: la invasión de tierras de las tribus indígenas. En el Amazonas viven unos tres millones de indígenas, distribuidos en 420 tribus, que hablan 86 lenguas diferentes y 650 dialectos. Este año, el Gobierno de Bolsonaro ya ha dicho que no creará nuevas tierras para ellos.

La apertura de reservas indígenas para el desarrollo comercial, que incluye también desarrollo de minas o infraestructuras, pone en peligro a las personas que alzan la voz para proteger el medio ambiente. "En muchos casos, además, son pueblos apartados que no pueden acceder a denuncias", dice Ignacio Montanos, portavoz de Amnistía Internacional.

“Además, los activistas también sufren desprotección. En 2018, según datos de Global Witnes, 20 defensores de medio ambiente han sido asesinados en Brasil. En 2017 de hecho Brasil fue el país con más muertes de defensores y defensoras de medio ambientes del mundo", explica Montanos. 

“La destrucción de la selva amazónica está provocando, no solo una pérdida de la biodiversidad y una desaparición de culturas indígenas, sino también la emisión de gases de efecto invernadero", cuenta Miguel Ángel Soto, experto en bosques de Greenpeace. "Estamos hablando de que si no se frena la deforestación será muy difícil mitigar el cambio climático o evitar uno todavía más catastrófico”, dice Soto.

Las selvas tropicales junto con los océanos conforman el clima, son reguladores del clima por lo que frenar el cambio climático pasa por mantener vivas estas grandes reservas tropicales. 

CONFLICTOS INTERNACIONALES

Alemania ha bloqueado ya una partida de 35 millones de euros, destinada a financiar un proyecto de medio ambiente, y Noruega ha suspendido en la práctica su participación en el Fondo Amazonía —creado en 2008 para desarrollar políticas de preservación de la selva— al congelar 33 millones de euros. La razón por la que rompen estos acuerdos es que Bolsonaro decide cambiar unilateralmente el cuerpo directivo del mecanismo y cancela el comité técnico que selecciona los proyectos a financiar.

Bolsonaro ha dicho que quiere realizar cambios en este fondo como indemnizar a terratenientes expropiados o indemnizar a los que se les prohíban actividades productivas en áreas protegidas. El Fondo Amazonía se creó en 2008 en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) con el fin de recaudar donaciones para inversiones no reembolsables en acciones para prevenir, monitorear y combatir la deforestación del Amazonas. Ha financiado ya 103 proyectos para la preservación de un ecosistema vital para contener el calentamiento global.

“No es muy difícil adivinar que vamos a empezar a perder mercados. Y eso es muy peligroso. Nadie puede decir qué va a hacer el Gobierno en respuesta a las presiones internacionales. Cualquier gobierno democrático cambiaría de ruta muy rápido , pero Bolsonaro es imprevisible, es como Donald Trump”, resume Ángelo

Importancia del Amazonas

El Amazonas ocupa el 25% de la superficie de todo el continente americano. Una selva compartida entre Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guayana, Perú, Surinam y Venezuela que se extiende hasta los 7,4 millones de kilómetros cuadrados y que equivale al 5% de la superficie total de la Tierra. Este territorio concentra también el 20% de las reservas de agua dulce del planeta, la mayor parte en el río más caudaloso y largo del mundo que nace en Perú y desemboca en el océano Atlántico, el río Amazonas. Contiene más de 30.000 especies de plantas vasculares, con enormes calidades alimenticias y medicinales; 2,5 millones de especies de insectos; 2.500 especies de peces; más de 1.500 especies de aves; 550 especies de reptiles y 500 especies de mamíferos.

 
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