Corrupción, corrupción, corrupción

Madrid

Miles de españoles confiaron durante años, a la vista de cómo se llenaban las cárceles madrileñas, en que el tren de la justicia se parara alguna vez en la estación Esperanza Aguirre. La lideresa es pieza de caza mayor en el PP. Quizá haya sido la tercera fuerza más potente, después de Aznar y Rajoy, en el partido del charrán. Ha mandado mucho, muchísimo.

Pero además, Aguirre ha sido el buque nodriza de todos los corruptos, a docenas, de la Comunidad de Madrid. Presidentes y vicepresidentes, consejeros, alcaldes, viceconsejeros y vicealcaldes. Todo lo que ha tocado la desvergonzada lideresa en su larga vida política, incluido el sórdido tamayazo, chorrea mugre y suciedad.

Dadas estas circunstancias, entenderán ustedes que el Ojo está obligado a recordarles que por las finas manos de la condesa de Bornos también pasaron, por ejemplo, Pablo Casado, Santiago Abascal, Martínez-Almeida o Isabel Díaz Ayuso, la brillante voz de la perrita Pecas. Orgullosos liberales amamantados toda la vida por abundante dinero público. Y ahí les tienen, tan telendos. Los corruptos eran otros, dicen.