El verdadero enemigo del cazador de cocodrilos
Steve Irwin, el cazador de cocodrilos, fue toda una celebridad en Australia. Hizo fortuna al mostrar la naturaleza más salvaje y, sobre todo, por mostrar que él era tanto o más salvaje que la naturaleza. Pero falleció por un accidente con el animal menos esperado
El verdadero enemigo del cazador de cocodrilos
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Si en el trabajo eres conocido como “el plasta del reciclaje” o “la que come los tuppers sola en su mesa” es improbable que estos motes lleven incorporados la llave de tu destino. Que puede ser, pero me sorprendería.
Si en cambio eres conocido como “el cazador de cocodrilos”, ahí sí que se empieza a adivinar que igual no acabas tus días plácidamente mirando la teletienda en el sofá. Hoy nos lo recuerda la figura de Steve Irwin, un australiano que hizo su fortuna mostrando al mundo la naturaleza más salvaje y, sobre todo, por mostrar que él era tanto o más salvaje que la naturaleza.
Como queda evidenciado por su nombre, su adversario favorito en sus enfrentamientos con la fauna del mundo eran los cocodrilos. Además, al ir pasando los años, incorporó en su show televisivo a los miembros de su familia, ganándose unas cuantas críticas cuando estuvo dando de comer a un cocodrilo de casi 4 metros mientras sujetaba a su hijo de un mes con el brazo. Pero Steve era un padre muy dedicado, y sus hijos heredaron tanto su temeridad como su amor por sus animales. De hecho, su hija Bindi tenía su propio programa de televisión cuando tenía sólo ocho años. Y fue precisamente grabando unas tomas acuáticas para el programa de su hija cuando una raya a la que estaba grabando se sintió atacada por Steve y le clavó repetidas veces su agujón de cola. La espina le perforó el corazón al Cazador de Cocodrilos, que murió desangrado. Toda Australia, su país natal, se puso de luto. Supongo que el único consuelo para su trágico fin es que Steve al menos llevó la vida que quería, y que sin duda hubiese sido mucho más infeliz comiendo tuppers en una oficina.