Maruja Torres: "En las escaleras de la vejez hay rellanos muy bonitos"

Madrid

Nació bajo el sol del Raval, en el seno de una familia humilde de inmigrantes y en pleno apogeo de la posguerra (Barcelona, 1943). En esas calles fue donde aprendió a mecanografiar, algo que más adelante la ayudaría a forjar su futuro y que, a los 14 años, le permitió conseguir su primer trabajo como secretaria. Pero su incursión en el periodismo no fue hasta más tarde, cuando, a los 21 años, fue recomendada para trabajar en La Prensa. Desde entonces, la vida de Maruja Torres se hizo inseparable de las letras. "En las escaleras de la vejez hay rellanos muy bonitos", le cuenta la escritora a Macarena Berlín.

Tras haber publicado su primer libro en 1986, inició su incursión en la literatura, algo que pronto se vería influenciado por su labor reporteril. Fue así como nació Amor América, el libro con el que “aprendió a escribir”, y que daría paso a su siguiente gran éxito, Mientras Vivimos, una obra que le mereció el premio Planeta del 2000. Sin embargo, sus obras adquirieron otro matiz con la publicación de Esperadme en el cielo, un libro que le permitió atravesar la pérdida de sus amigos, también escritores, Terenci Moix y Manuel Vázquez Montalbán.

En sus travesías como reportera de guerra, escritora literaria y periodista, Maruja Torres nunca abandonó el sano ejercicio de la opinión. Tras haber conseguido reconocimiento por su columna en El País, rondó por la blogosfera hasta llegar a Twitter, donde ahora amasa 167.000 seguidores. Es allí donde se ha autoconsagrado como una mujer actual, una que, a sus 76 años, busca estar rodeada de “personas con inquietudes”.