Ojalá mis desnudos los cargue el diablo
Este verano, la Tana ha buscado las excusas para fomentar la calentura del calentón.
Madrid
Nos calentó el verano. Pasó.
Veníamos de lo que veníamos, cada uno con su mochilita bien llenita de mierda. Nos incendiamos mutuamente poniéndonos excusas para coincidir. Hicimos de la casualidad una excusa perfecta para enredar, haciéndome la remolona solo para que pudieran meterme mano. Mandé por whatsapp ruegos de sexo propios a todas mis perversiones. Simplemente he mejorado la causa del calentón. En vez del clima, el calor lo provoco yo. No tengo tanto mérito. Mandé fotos mías desnuda, enmarcada entre las ruinas más significativas de mi infancia. Aspirando a que quien lo recibiera, me deseara en el acto. Sextear es un magnífico verbo que resume bien las ganas que te tengo. Ojalá mis desnudos los cargue el diablo, aunque solamente sea para que vengas a rescatarme. ¿Acaso no crees tú en la salvación de los cuerpos?