La cruel ejecución de Víctor Jara
Después del golpe de Estado de Pinochet del 11 de septiembre de 1973, el cantautor chileno pasó cinco días detenido y sufriendo torturas. Sería asesinado el 16 de septiembre de ese mismo año
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Que la música es de los mejores analgésicos contra la dureza de la vida no es algo que os vaya a descubrir yo ahora. Pero lo cierto es que la música, particularmente en el siglo XX, se convirtió también en un excelente vehículo para transmitir protestas y denunciar injusticias. Eso hizo que muchos cantautores consiguiesen juntar a legiones de seguidores, pero también hizo que los que se sentían atacados por sus canciones los pusieran en su lista de enemigos.
Hoy recordamos al cantante que pagó un precio más alto por poner su guitarra al servicio de los desfavorecidos. Estoy hablando de Víctor Jara, el cantautor chileno que tuvo un terrible 16 de septiembre. Hace 46 años, Chile llevaba 5 días de golpe de estado y el general Pinochet, el hombre que había derrocado al gobierno legítimo de Salvador Allende, estaba echando las redes de la represión sobre los que consideraba que organizarían la resistencia contra la dictadura que estaba instaurando.
Víctor Jara, que llevaba años cantando las injusticias de su país y que incluso había compuesto el himno de campaña de Allende, fue de los primeros en ser arrestados. Fue llevado al Estadio Chile de Santiago y fue torturado sin piedad. En un acto de especial crueldad, los militares le rompieron todos los dedos y se burlaron de él diciéndole que tocara entonces la guitarra. Después de horas de tormento, lo ejecutaron con una saña extrema: le metieron 44 balas en el cuerpo. Después tiraron su cadáver en un descampado.
Víctor Jara probablemente mostraría la sonrisa que siempre iluminaba su rostro si supiese que el estadio donde vivió sus últimas horas lleva ahora su nombre, y que los militares que lo torturaron y mataron finalmente rindieron cuentas con la justicia el año pasado.