Los Darín y su comedia negra, contra el corralito argentino
Ricardo y Chino Darín, padre e hijo, presentan en el Festival de Cine de San Sebastián 'La odisea de los giles', una comedia negra en la que un grupo de estafados se revela contra el corralito argentino
San Sebastián
El que inventó aquello de "crisis es sinónimo de oportunidad" debería ver en bucle La odisea de los Giles, la película con la que Argentina competirá en los Oscar y la que ha traído al Festival de Cine de San Sebastián a dos generaciones de actores argentinos: los Darín. La película vuelve a unir a Sabastián Boresztein y a Ricardo Darín, después de Un cuento chino.
El 3 de diembre de 2001 millones de argentinos se quedaron con su dinero congelado. No podían sacarlo del banco. Empezaba el corralito, un suceso económico y político que marcó y continúa marcando al país. La cinta del argentino Borensztein, inspirada en La noche en la usina, el libro de Eduardo Sacherirecrea el delirante plan de unos vecinos para recuperar sus ahorros.
Ricardo Darín es un viejo conocido del festival. Aquí hemos visto sus grandes interpretaciones y, ahora, vuelve con su hijo, Chino Darín, en esta comedia negra con tanto enfoque social. Y es que ese corralito, decretado por el entonces presidente Fernando de la Rúa, hizo que el estado quebrase, la moneda se devaluó un 28 por ciento y miles de personas lo perdieron todo. Otras, en cambio, se hicieron de oro. Los protagonistas de la película pertenecen al bando de los perdedores. Tenían un dinero un grupo de socios y ahí se quedó. Pero hay algo en el espíritu del cine argentino en los últimos años que se ha contagiado de venganza.
Relatos salvajes, la comedia de Damián Szifrón, que también tenía a Ricardo Darín en el reparto, era un canto a desfogarse ante las injusticias y los tontos. La idesea de los giles va por ese camino. Los protagonistas planean una venganza, un golpe, al estilo Oceans eleven, con más carisma que los americanos, pero muchísimo menos glamour. Junto a los Darín están Verónica Llinás, Luis Brandoni, Rita Cortese y Daniel Aráoz.
"Lo malo es que este hijo de puta no va a saber que esto es un acto de justicia", dice uno de los personajes de la cinta. La gran baza de la cinta son sus personajes y sus perfectas interpretaciones. Las frases mientras preparan el golpe, las referencias a Bakunin, padre del anarquismo, a lo que pasaba en aquella Argentina tocada y hundida, que tiene mucho que ver con lo que pasa ahora. "La verdad es que no hubo mucha necesidad de meter mano a las valija de los recuerdos. Lo que ocurrió en 2001, más allá de que no fue investigado, está grabado en el ADN de todos nosotros. El episodio del corralito pasó hace muchos años, fue traumático para la sociedad argentina, algunos lo tenemos resuelto, otros no tanto. A unos les perjudicó más que otros”, decía Darín.
El intérprete cree que también forma parte de la naturaleza argentina. "Tenemos una gran carrera en sobrevivir a crisis y renacer, quién sabe si no será esa nuestra característica principal, renacer todo el tiempo. Estamos aprendiendo de los errores cometidos, si es que los hemos cometido, y avanzar. Nos llevaría mucho tiempo hacer un análisis de lo que pasó entonces y lo de hoy", ha echado balones fuera. El actor ha explicado el significado exacto de Giles en España. Aquí diríamos pardillo. En nuestro país siempre se ha sentido querido y no tiene duda de que la cinta sintonizará con públicos de otros países. "Creo que la problemática que plantea la película es de comprensión inmediata en España y en todas partes. El ciudadano atropellado, que ha sufrido el peso de la burocracia, tener que agachar la cabeza y aceptar normas que no han sido discutidas. Cuando uno se ve atropellado por las estructuras, todos guardamos esa sensación de que alguna vez ganen los buenos. El dolor acumulado es muy grande y no solo en lo económico", concluye.
El individuo contra el estado, decía el teórico anarquista que tanto se cita en la película. Eso hacía Relatos Salvajes, eso hace La odiesea de los Giles, conseguir que los ricos no se salgan con la suya, aunque haya que montar todo un polvorín. Una persona que confío en las hipotecas subprime, que confío en las preferentes, que confió en los bancos, en que iba a tener un trabajo toda la vida, en que sus hijos podrían estudiar. Los giles están en España, Argentina y en todo el mundo. "Esa sensación de reparación que debemos sentir ante las injusticias está presente en el cine argentino actual. Todos los días nos enteramos de cosas y conflictos donde la gente se ve afectada, y a veces no hay posibilidad de revancha.". La película no puede llegar en mejor momento, con la crisis argentina de nuevo en máximos. El sistema les ha fallado, los políticos más. Así que La odisea de los Giles sirve de catarsis colectiva.