Errejón mueve el tablero

Madrid

La participación del partido de Errejón en las generales del 10 de noviembre, qué suma y qué resta a las posibilidades de la izquierda. Todo el mundo coincide en que se va a llevar muchos votos de Podemos, algunos del PSOE y tal vez incluso de Ciudadanos y que animará a la participación. 

En lectura electoral simple, su presencia tendría que ser indiferente para el bloque de izquierdas si aún puede hablarse de bloque y si su objetivo continúa siendo el que era en abril: sumar todos los votos que puedan apoyar una política progresista porque al fin y al cabo harían falta todos los votos que obtengan Errejón, Iglesias y Sánchez estén como estén distribuidos.

Pero, repito, eso si el objetivo sigue siendo el que era en abril porque después de los desencuentros vividos entre Sánchez e Iglesias. Podemos solo seguirá siendo para el PSOE socio preferente si no encuentra manera de evitarlo. Desde luego, lo que no es en absoluto es su socio preferido. Sospecho que a los socialistas les gusta más imaginar que entre la subida propia que le anuncia las encuestas, el mordisco que esperan que dé Errejon en la tarta de Podemos, y el voto que confían pescar en los caladeros del desencanto de Ciudadanos, el peso de los morados disminuya y espante esa pesadilla que quita el sueño al presidente en funciones. 

La irrupción de Errejón tiene muchísimo interés por lo que atañe al futuro de Podemos, a la redistribución de fuerzas en la izquierda además de mucho morbo. Pero por lo que se refiere a políticas y programas concretos de actuación; es decir a lo fundamental e inmediato, es tan importante saber si es cierto que el PSOE quiere lanzar la batalla por la conquista del centro y si es así haciendo qué o dejando de hacer qué. En cualquier caso, con Errejón se mueve el tablero.