¿Somos estúpidos manejando el teléfono inteligente?

Madrid

Uno de cada cinco fallecidos cada año en accidentes de tráfico perdió su vida mientras utilizaba el teléfono móvil o víctima de quien imprudentemente lo usaba; en total, 390 personas. El dato lo aporta un estudio de la Fundación Línea Directa en colaboración con la Universidad de Valencia. Es una negra lotería a la que juegan 13 millones de conductores que admiten usar el teléfono mientras conducen. Y no lo hacen por asuntos urgentes: 2 millones reconocen haberse hecho selfies, otros 2,3 aseguran interactuar en las redes y casi 10 millones confiesan poner mensajes en WhatsApp mientras conducen.

El informe cuantifica por primera vez las consecuencias de una práctica sobre la que nos advierten cruda y reiteradamente las campañas de sensibilización de la DGT, imprudencias perseguidas y castigadas con un millón de sanciones en los últimos cinco años, riesgos tan evidentes que los marca el sentido común. Lo más curioso del informe es que 9 de cada 10 conductores creen que debería ser delito hablar por el móvil si causa un accidente. Es decir, millones de conductores usan el móvil de manera suicida sabiendo que lo que hacen debería ser un delito, o tentativa de delito. Seguro que habrá actitudes más estúpidas, pero es difícil imaginarlas. El verdadero problema es que la imbecilidad no se evalúa cuando nos examinamos para obtener el carnet de conducir.