La píldora que puede ser imprescindible
Diez años de la píldora del día después, rompiendo mitos y callando bocazas
Madrid
Hace diez años que todas las mujeres y niñas en edad fértil de este país tenemos acceso a una píldora que puede ser imprescindible en nuestra vida. Gracias a ella, podemos subsanar cualquier error, fallo o drama que pueda acontecer en un encuentro sexual. Se nos puede romper el condón en mitad del polvo. Puede que no lo usáramos o que olvidáramos tomar la píldora anticonceptiva. Pero también pongámonos en lo peor, seamos una de las tres mujeres que diariamente violan en este país. Pues gracias a esa píldora del día después, los espermatozoides no podrán anidar en el óvulo y evitarán nuestro embarazo.
No se dejen engañar por todos lo que se empeñan en contar sobre esta píldora. Y no crean que la utilizamos como método anticonceptivo. Poco más de 7 millones de píldoras se han expedido en una década; queda claro que como método anticonceptivo, señores conservadores, nada de nada. El 25,6% de los menores de 25 años han recurrido alguna vez a ellas, según la Sociedad Española de Contracepción. UN porcentaje ridículo para considerar que se use para evitar embarazos. Se usa en caso de una urgencia. Lo de mentir y repetir el discursito, les funciona a muchos. Pero en estos diez años, se ha demostrado que es un método seguro sin contraindicaciones y siempre mejor que un aborto.
La píldora del día después ha sido recomendada por la Organización Mundial de la Salud. Señores, ultraconservadores, dejen de controlar nuestros embarazos. Pero sobre todo, dejen de hacer el ridículo.