Al ridículo por la fuerza
Vox ha visto las calles de Barcelona y ha pensado, como Dostoievski, que si Dios no existe está todo permitido
Al ridículo por la fuerza
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Madrid
La presidenta del Congreso ha expulsado a la diputada de Vox Macarena Olona por dedicarse a montar un numerito esta mañana: ella, saltándose el orden del día, quería hablar de Cataluña y los disturbios tras la sentencia del 'Procés'. Lo hizo en la Diputación Permanente Vox mientras ocupaba los asientos de Ciudadanos.
Vox ha visto las calles de Barcelona y ha pensado, como Dostoievski, que si Dios no existe está todo permitido. Suena a salvoconducto y a algo muy poco sofisticado. Porque el objetivo de Vox es precisamente que todo lo que ocurre en Cataluña ocurra en las instituciones. No me refiero a las barricadas, que es la sublevación en las calles, sino al Parlamento, que es la sublevación de los poderes públicos. El uso de las instituciones como escaparate electoral pero no al modo ladino para apuntalar una imagen o hacer una promesa, sino para exhibir la fuerza: su asiento por la fuerza, su discurso por la fuerza y, al final de todo, el ridículo también por la fuerza.
Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...