No subestimes mis canciones.
A la Tana le ha dado por reflexionar sobre por qué necesita música en el sexo.
Madrid
Elijo cada semana la música con la que intento despedirme.. Elijo el soniquete con el que aspiro a que se queden pensando después de toda la intensidad que ponemos en cada uno de los temas. Les echo una charlita, despidiéndome hasta la semana que viene, cuando en realidad lo que pretendo es que me recuerden a lo largo de toda la semana. Quiero que me piensen, que me echen de menos, que me quieran escuchar un poquito más y me busquen hasta encontrarme. Porque en esto del sexo siempre dependemos de algo tan voluble como las ganas. Quizás ahora que me escuchan, me quieran de más, pero seguramente no tardarán en quererme de menos. Por eso intento dejarles un buen sabor de boca haciendo de esta despedida una melodía que tarareen.
¿No hacemos exactamente eso cada vez que elegimos una lista de música para follar? Piénsenlo. En cada una de esas listas escondemos nuestras ganas y esperanzas. Repetimos las mismas machaconas intenciones de cualquiera de sus estribillos. Nada es gratuito cuando demuestras tu deseo. Regalas los oídos de esa persona no solo con tu discurso, también eligiendo el estribillo………….
Son mucho mejor amantes los que cuidan y eligen las canciones.que adornan sus besos, aunque de ellos ya no quede más que un bonito recuerdo. Son más cuidadosos los que se acuerdan de la canción con la que te tocaron por primera vez el culo, el estribillo que sonaba machacón aquel verano en el que os cruzásteis por la verbena. Hay estrofas que parece que las escribieron para ti y tú las dispersas como si fueran la nana de tu propia cama.
Siempre hay una obsesión cantarina que no puedes quitarte de la cabeza, unas notas que silbas cuando no piensas en nada, un ritmo con el que sentirse identificada.
No subestimes ni una sola de las canciones que alguien quiso que escucharas.